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Julio César Hernández
No son los primeros ni serán los últimos, pero hoy a dos panistas y a dos perredistas, en particular, y a varios priistas en lo general, les toca protagonizar una versión más de aquella célebre película esteralizada por Sissy Spacek y Dustin Hoffman: Kramer vs Kramer, que tiene que ver con las desaveniencias de un matrimonio.
Por un lado el diputado Jorge Salinas Osornio contra el edil interino de Guadalajara Juan Pablo de la Torre. Por el otro, Antonio Magallanes Rodríguez, presidente estatal del PRD contra el diputado y alcalde electo de Tlajomulco, Enrique Alfaro Ramírez.
Salinas Osornio no tuvo empacho para tildar a su correligionario de “cobarde” por no haber tenido la decisión de suspender la sesión de Cabildo del sábado pasado de la que De la Torre salió corriendo ante la embestida de los energúmenos del PRI, inconformes por la basificación de 130 empleados eventuales, amén de que le reprochó el que entre los beneficiados estén varios de sus amigos.
Inclusive, Jorge Salinas advirtió que lo acordado en los “oscurito” entre los regidores panistas, encabezados por su alcalde, podría no tener validez porque no se cubrieron los requisitos legales para trasladar la sede del Cabildo a otro lugar de manera oficial, argumento que también sostienes los regidores priistas y que, por lo tanto, podrían dejar sin sustento dichas basificaciones.
Hasta el momento, Juan Pablo de la Torre ni “pío” ha dicho sobre los calificativos que le endilgó Salinas.
Del lado amarillo la versión está más interesante y más apegada a la versión cinematográfica, pues ahí sí hubo un “agarre” entre Magallanes y Alfaro, aunque éste fue quien “pegó” más fuerte y prácticamente dejó inconsciente al dirigente perredista por el que tuvieron que salir a dar la cara los otros dos diputados: Samuel Romero Valle y Carlos Orozco Santillán.
Magallanes Rodríguez criticó que Alfaro no haya visto por los mismos intereses que la dirigencia perredista en el caso del presupuesto estatal y haya votado en contra del crédito -se abstuvo- que pretendía el gobierno estatal, razón por la que el partido le haría un extrañamiento.
Pero bien acababa de decir eso cuando Enrique Alfaro se puso los guantes y le contestó, diciendo que Magallanes no tenía calidad moral ni política para hacerle cualquier extrañamiento, además de que por andar quedando bien con otros estaba descuidando al PRD. Y le reprochó que como dirigente estatal nunca se acercó a la bancada perredista para delinear una agenda parlamentaria.
En el caso de los priistas, se asegura que el alcalde electo Jorge Aristóteles Sandoval está que “truena” contra el dirigente del PRI tapatío, Eduardo Almaguer y el diputado Javier galván por haber organizado la “rebelión” de los priistas en la pasada sesión de Cabildo, pero también está molesto con los regidores Leobardo Alcalá, José Manuel Correa y Rocío Corona, porque le entraraon a la “feria de reparto” de las basificaciones para sus amigos.
Total que la función está muy divertida y todo apunta para que este “show mágico-cómico-musical” continúe por varios días más.