Julio César Hernández / Fotos de Javier Hoyos
¿Por qué será que a los diputados que asumen la presidencia del Congreso del Estado les da por “manotear” cuando están frente al gobernador Emilio González Márquez?
¿Tendrá algo esa silla de la presidencia del Poder Legislativa o será que sólo con estar frente al Mandatario se envalentonan? ¿O será que forzosamente tendrán que “manotear” para hacerse entender por el titular del Ejecutivo estatal?
Primero fue el diputado priista Jesús Casillas Romero, quien al finalizar la sesión solemne en la que rindió su intrascendente informe de actividades del primer año de la actual Legislatura, se puso a dialogar con González Márquez y durante el mismo se puso a “manotear”, lo que para algunos testigos fue un alegato o reclamo.
Ahora el turno le correspondió al nuevo presidente del Congreso estatal, el verde-ecologista Enrique Aubry de Castro Palomino, quien durante la ceremonia del Día del Ejército Mexicano se la pasó “manoteándole” prácticamente en su cara al gobernador Emilio González, quien ni se inmutó ante las gesticulaciones del legislador.
Las fotografías de Javier Hoyos son por demás elocuentes, y más de uno interpretó también que al menos las palabras de Aubry no eran de comedimiento ni mucho menos, sino de reclamo y alegato, de acuerdo a los gestos y el permanente movimiento de las manos frente a la cara del Mandatario estatal.
¿Qué tendrá, pues, esa famosa silla de la presidencia del Poder Legislativo? ¿O será que el simplemente asumir ese cargo acelera a quien lo preside?