Aunque el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, aseguró ayer que será el pueblo, a través de la famosa encuesta, el que definirá quién será el candidato de su partido a la presidencia de la República, un día antes el propio Andrés Manuel López Obrador anunció que él será el “destapador” -y sus “fichas” todos los aspirantes-, en tanto que también ayer el canciller Marcelo Ebrard Casaubon confesó que “hay que agradecerle al presidente (no a Morena) que nos tome en cuenta” para ser precandidato presidencial.

¿Así o más claro para confirmar que la 4T continuará con la vetusta tradición mexicana del “dedazo” presidencial para elegir a quien buscará ser su sucesor por Morena?

Pero mientras llega el momento de que entre a escena el “Gran Elector”, ayer en plena “mañanera” Marcelo Ebrard confirmó que el sábado pasado sostuvo una reunión con su equipo político, colaboradores en la Secretaría de Relaciones Exteriores y amigos, a quienes les reiteró que va en busca de la candidatura presidencial.

Ante el presidente López Obrador, el canciller contó que les dijo en esa reunión: “Primero, hay que agradecerle al presidente que nos tome en cuenta; segundo, faltan dos años y medio, dediquémonos a trabajar, seamos eficientes, respetemos a los demás, actuemos en función de eso, no perdamos la concentración en lo que estamos haciendo. Seamos consistentes, perseverantes y leales; y, por supuesto, cuando se den las normas y lleguen los tiempos, faltan… estamos a la mitad del gobierno. Cuando eso llegue, estemos preparados para participar de acuerdo con las reglas que su momento se dan.

“Eso es en esencia lo que ahí se dijo -contó-. Es verdad la información (publicada en algunas columnas sobre su reunión del sábado), y por eso se dijo para que no haya especulaciones. Esa es la posición en la que yo estoy, mis colaboradores y amigos. No vamos a distraernos y vamos a seguir actuando con eficiencia”.

Algunas versiones aseguran que previamente le informó a López Obrador de que organizaría dicha reunión y que obtuvo su anuencia.

Se presume que Ebrard sabía ya que su principal adversaria por la candidatura, Claudia Sheinbaum, anunciaría la integración del senador Martín Batres a su equipo de colaboradores -como secretario de Gobierno-, y que eso tenía un fuerte significado político en la contienda interna y con rumbo a la sucesión, y que por eso decidió organizar esa reunión no en la capital del país sino en el vecino Estado de México, para mandar el mensaje de que él también ya estaba preparándose para la carrera rumbo al 2024, que no estaba de brazos cruzados y, mucho menos, apanicado por el caso de la Línea 12 del Metro.

Reitero: este accidente aceleró la contienda por la candidatura morenista a la presidencia, pero fue López Obrador quien decidió ventilar el tema públicamente al “destaparlos” en la “mañanera”, por lo que ahora Sheinbaum y Ebrard estarán bajo el escrutinio público de todo lo que hagan o dejen de hacer, y sin duda alguna que ahora con mayor razón habrá motivo para encontrarle tintes político-electorales a todo lo que hagan o dejen de hacer; lo que digan o lo que callen…

Así, pues, si Claudia Sheinbaum ya comenzó a echar “toda la carne al asador”, Marcelo Ebrard no se anduvo con “rodeos” y decidió salir a la cancha para anunciar que estará en el juego, que jugará y que está dispuesto a hacer todo lo que tenga que hacer para llevarse la candidatura en disputa. Y para ello, en Jalisco cuenta con “porra” y algunos aliados que sin duda le serán de gran ayuda llegado el momento. ¿Quiénes? ¡Ni se imaginan…!

¡Ah, por cierto! Si andaban con el pendiente, Alberto Uribe no estuvo presente, por razones personales, en la reunión sabatina.