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Julio César Hernández
No deja de causar extrañeza en los corrillos priistas y no priistas el hecho de que la diputada Rocío Corona Nakamura haya sido “congelada” por su coordinador Roberto Marrufo Torres, sin que el resto de sus compañeros haya dicho -o al menos no ha trascendido- al respecto.
Y vaya que no es nada bueno el hecho de que aun no se instalan como fracción mayoritaria en el Congreso del Estado y los priistas ya comenzarona  vetilar sus reyertas y diferencias públicamente. Imagínese lo que sucedera conforme avancen los tiempos de la próxima Legislatura y se pongan sobre la mesa asuntos en los que no necesariamente estén todos de acuerdo.
Como se conoció, Rocío Corona se abstuvo de emitir su voto en la elección de la nueva Mesa Directiva, luego de que no fue consultada por Marrufo para la integración de la misma. Posteriormente se conoció que no obstante que ha sido diputada en cinco ocasiones y que después de Gabriel Ponce, que fue diputado en la 51 Legislatura, es ella que integrante de una Legislatura, la 51, de mayor antigüedad, no fue promovida para estar en la Mesa de Decanos como secretaria y en su lugar se designó al panista Miguel Monraz.
Ahora se sabe que Corona Nakamura no asistió a la “encerrona” que sus compañeros diputados tienen en Mazamitla y que tampoco fue requerida por su coordinador para que opinara sobre la repartición de las comisiones.
¿Por qué este pleito?
Los enterados aseguran que quizás Roberto Marrufo ha decidido “congelarla” porque no solo le disputó la coordinación cuando se habló de que el perfil requerido era de una persona con experiencia legislativa, la que reclamó para sí Corona Nakamura, sino que al momento de votar por el nuevo coordinador, ella fue la única que no lo hizo a favor de Marrufo.
Pero ya trascendió que no sólo Rocío Corona sufre las fobias de Roberto Marrufo sino también aquellos identificados con el grupo del  actual senador Ramiro Hernández García, pues se asegura que no solo “congeló” a Rocío sino que también “vetó” cualquier posibilidad de integrar al Congreso al ex diputado Felipe López y a otros más.
Quizás alguien está mal aconsejando a Marrufo, porque además de que comenzó con el “pie izquierdo” -el lunes pasado Raúl Vargas y Jesús Casillas le “comieron el mandado”, amén de que una reportera le gritó que respondiera a su pregunta, ante la cual parece que se asustó y terminó por ignorarla-, el ser coordinador de la fracción mayoritaria y actuar con filias y fobias, lo único que garantiza es el fracaso.