Julio César Hernández
El diputado José Antonio de la Torre Bravo niega rotundamente las acusaciones de los tres ex consejeros ciudadanos de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, que aseguran que fue “maiceado” por el titular de este organismo, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, al integrar a su esposa, Rosa Icela(sic) Díaz Gurrola, a su equipo de colaboradores.
Aunque aclaró que él no tiene ninguna relación con Álvarez Cibrián y que apenas empieza a conocerlo y ubicarlo, José Antonio de la Torre confesó a marcatextos.com:
“Cuando contrataron a mi esposa, yo hablé con el Presidente y le dije que ella tenía autonomía y que yo no mezclaba la política con el trabajo, como tampoco iba a cambiar mi forma de pensar y de actuar. Yo jamás he pedido nada a cambio ni he actuado para proteger o perjudiciar a nadie”.
“A mi esposa la recomendó la anterior directora de Relaciones Públicas, le dijo al presidente de la Comisión que mi esposa cubría el perfil y los requisitos que se necesitaban para el cargo. Yo no intervine para nada, no es resultado de un acuerdo con el presidente o de que lo esté protegiendo”.
De la Torre Bravo -entrevistado hace unos minutos vía telefónica-, aseguró que su esposa es una profesionista que toma sus propias decisiones para desarrollarse como cualquier otra persona. “Ella, como cualquier abogada, fue invitada a trabajar ahí, cumple con su deber, y el presidente (Alvarez Cibrián) le dio su confianza”, precisó.
El legislador panista asegura que su esposa ingresó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos en enero pasado y no en julio, como aseguran los ex consejeros ciudadanos que presentaron su renuncia al cargo ante el Congreso del Estado.