Por Julio César Hernández

Cual circo de varias pistas, es el espectáculo que nos ofrecen los panistas jaliscienses que, hoy por hoy, atraen los reflectores de propios y extraños, y llaman la atención inclusive del Comité Ejecutivo Nacional que preside Manuel Espino Barrientos.

Como si el PAN no tuviera suficientes problemas en la lucha actual por el artículo cuatro transitorio de la Ley de Fiscalización, que establece la ratificación del actual auditor superior, Alonso Godoy Pelayo, en el cargo por cuatro años más, se abre un nuevo “boquete” con la toma de las instalaciones del Comité Municipal en Guadalajara por parte de Fabián Montes, uno de los aspirantes a la dirigencia.

En el enfrentamiento que existe por la ratificación o no de Godoy Pelayo al frente de la Auditoría Superior por cuatro años más, como lo propone el gobernador Emilio González Márquez y lo respalda un grupo de diputados en el Congreso, nadie puede decir que ya todo quedó resuelto.

Por el contrario, las posturas se mantienen enfrentadas y ni siquiera el propio Manuel Espino pudo destrabar el conflicto, luego de reunirse con los 20 legisladores panistas y funcionarios del gobierno estatal.

El asunto, pues, aun está vigente.

Pero a esto hay que aunarle el ambiente que se empieza a enrarecer en torno a la próxima elección del dirigente del PAN en Guadalajara y que al encono que se ha generado entre los simpatizantes de los dos principales aspirantes, Manuel Romo y Alejandro Madrigal, se suma ahora la inconformidad de otro aspirante, Fabián Montes, quien decidió “apoderarse” de las instalaciones panistas de la calle Montenegro.

Diputado federal -¡diputado tenía que ser!-, Fabián Montes manifestó de esta manera su inconformidad por como se lleva a cabo un proceso que, curiosamente, aun no comienza, pues la convocatoria no se ha dado a conocer y, por lo tanto, no hay reglas establecidas para la contienda.

Pero Fabián Montes –contra lo que opina Alejandro Madrigal, quien asegura tener el apoyo del equipo en el gobierno del Estado- asegura que los “dados” están cargados a favor de Manuel Romo, a quien señala de ser el “candidato oficial” de la actual dirigencia que encabeza Alfredo Argüelles Basave.

El legislador federal argumenta que la ventaja de Romo está en “el cúmulo de amigos que tiene en el poder”, el cual, reclama, no se ha utilizado a favor del avance del partido.

Así las cosas, ahora se convierte en el “juego que todos jugamos”, el adivinar cuál será la “bomba” que estalle el día de hoy al interior del PAN que, a decir verdad, requiere de una “limpia” para espantar a los malos espíritus.