Por Hugo Luna

¿Alcanzarán los apoyos a las Pymes? ¿Será suficiente el límite del cobro de comisiones bancarias? Están funcionando los estímulos para la renovación vehicular? ¿Son suficientes las garantías de la Secretaría de Hacienda para que, a través de Nafin, el flujo de dinero circule con celeridad en el sistema económico?

¿Saldrá México de la crisis? Lamento decirle que no.

El bache en el que estamos no tiene nada que ver con lo que el Gobierno Federal haga o deje de hacer. Las estrategias son las adecuadas, pero la economía de un país no se construye a partir de estímulos fiscales, sino a partir de ejes de acción que nuestro país no hace: investigación, desarrollo y educación.

La Unión Europea realiza el “top-ten “de las empresas que más invierten en investigación y desarrollo. En su reciente publicación, es fácil atestiguar por qué otros países, y no México, detonarán el crecimiento económico futuro, el que nos hará salir de la crisis.

En el “top-ten” aparecen empresas no precisamente europeas: brasileñas (Embraer, Vale Do Rio Doce); canadienses (Bombardier, Astra Technologies); de islas Caimán (Garmin, TCL Multimedia)

Firmas como Daimler, Siemens o GlaxoSmithKline han destinado en años recientes presupuestos que rebasan los cinco mil millones de euros, cada una, a investigar y desarrollar nuevos productos o servicios.

México líder en piratería y contrabando, campeón del albur y del “ya merito” no aparece, nunca.

La educación es un tema que requiere de solución inmediata, pues nuestro nivel de enseñanza es de los más bajos de la OCDE.

Cuando llega un joven a la universidad no sabe leer, mucho menos escribir correctamente, si no hacemos algo, el avance en cualquier vertiente tecnológica será insuficiente.

El problema de la educación no es de presupuesto, ojo, somos uno de los países con mayores recursos destinados a este sector, pero la forma en cómo éstos se aplican es el verdadero problema.

Esta crisis que nos arrojará la caída del producto interno bruto 8 por ciento, está poniendo a prueba la imaginación.

No obstante, por alguna razón esa imaginación o ingenio no se mueve entre los mexicanos. Estamos más entretenidos hablando de los pleitos internos del PAN que de nuestra prosperidad futura.