El pasado seis de julio, sobre la visita que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez haría al presidente Andrés Manuel López Obrador al día siguiente, escribí aquí en Marcatextos lo siguiente:

” (…) lo importante es que de este encuentro Alfaro Ramírez no salga con un cúmulo de promesas y buenas intenciones, como ha sido hasta ahora el resultado de sus anteriores visitas a Palacio Nacional, sino con compromisos firmes, con presupuesto para realizarlos y que tengan fecha de inicio y de conclusión. De no ser así, entonces todo quedará en el aire…

“Y si bien el proyecto de movilidad que tiene que ver con la Línea 4 es importante, lo esperado es que se den acuerdos concretos y fechados en materia de seguridad pública y del futuro que tendrá la presa El Zapotillo. Si se vuelven a “patear” estos dos temas, entonces se confirmará que no hay voluntad política para resolverlos, que todo continuará como hasta ahora y que se le dará “largas” para nunca llegar a un buen fin en beneficio de los jaliscienses….”.

Al día siguiente -el 7 de julio-, sobre su visita a Palacio Nacional y respecto a lo que declaró a los reporteros que lo entrevistaron a su salida, referí lo siguiente:

“No quise ser “ave de mal agüero”, pero otra vez el Gobernador de Jalisco salió de Palacio Nacional -como cada ocasión que ha estado ahí- con las manos vacías.

“Salió con “un cúmulo de promesas y buenas intenciones”, no hubo “compromisos firmes, con presupuesto para realizarlos” y mucho menos con “fecha de inicio y de conclusión”. Todo se quedó en el aire. En Palacio Nacional volvieron a “patear” los dos principales problemas de Jalisco: la inseguridad pública y el desabasto de agua; se confirmó que no hay voluntad política para resolverlos, que todo continuará como hasta ahora y que se le seguirá dando “largas”.

“Y es que con lo único que salió el gobernador Alfaro de Palacio Nacional fue con una nueva fecha del siguiente encuentro: dentro de 15 días”.

El 21 de julio, tras su tercera visita a Palacio Nacional, con este texto se confirmó lo escrito el 6 y 7 de ese mismo mes tras las dos visitas anteriores al presidente López Obrador. En la entrega de ese día escribí:

“Bueno, pues ayer nuevamente el gobernador Enrique Alfaro acudió a Palacio Nacional y salió como lo hizo hace 15 días y como salió ocho días antes: con las manos vacías, pero con muchas promesas y buenas intenciones. Claro, como en las dos recientes ocasiones anteriores, hizo declaraciones optimistas ante los reporteros, le echó sus consabidas “flores” al presidente López Obrador, pero la realidad es que volvió a salir sin nada en concreto para la solución ni de los cinco principales problemas que enfrenta desde hace dos años y medio y mucho menos para los nuevos que se han generado.

“En el gobierno Federal le han hecho el vacío… para desgracia de Jalisco que -reitero- es el que ‘paga los platos rotos’”.

Reitero que la terca realidad sigue dándonos la razón, y ahora en el proyecto del Presupuesto Federal 2022 queda de manifiesto, al menos inicialmente, que López Obrador le sigue “cobrando” a Enrique Alfaro su osadía de confrontarlo a lo largo de lo que va de su sexenio; de culparlo de todos los males de Jalisco, a él y a sus colaboradores; de estar detrás, junto con su partido Morena, de aquellos desmanes registrados tras el asesinato del joven Giovanni por no portar cubrebocas; de fundar y liderear la frustrada Alianza Federalista, a cuyos gobernadores integrantes -Alfaro entre ellos-, Andrés Manuel los acusó de “estar contra nosotros”; y que se mantiene firme en aquello de “perdono, pero no olvido”.

Y todo lo anterior quedó de manifiesto cuando verificamos que en el Presupuesto Federal 2022 los proyectos de Jalisco que Alfaro Ramírez aseguraba que el gobierno lópezobradorista estaba atendiendo y sobre los que habían platicado en sus pasados tres encuentros y confiado que todo iba “viento en popa”, simplemente ni fueron mencionados o no se les asignó ni un peso.

Para empezar, estos proyectos de Jalisco no tienen ni un peso de asignación directa para el próximo año:

  1. Libramiento Puerto Vallarta (no está mencionado).
  2. Acortamiento Ferroviario Aguascalientes a Guadalajara -Encarnación de Díaz a El Salto- (no está mencionado).
  3. Equipamiento del Puerto de Cruceros en Vallarta (no está mencionado).
  4. Línea 4 del Tren Ligero, en ceros.
  5. Peribús (no está mencionado).
  6. Presa El Zapotillo, en ceros.
  7. Saneamiento del río Santiago (no está mencionado).
  8. Presa El Purgatorio (no está mencionado).
  9. Presas Vista Hermosa y El Carrizo en Tamazula para riego por gravedad (no está mencionado).

¿Nos extraña que por cuarto año consecutivo -ojo: cuarto año- la Federación no destine recursos para los proyectos que el gobernador Enrique Alfaro ha dicho una y otra vez que son prioritarios? ¿Nos extraña que ni un peso se destine a estos proyectos y programas, pese al optimismo que verbalmente manifestaba el Mandatario estatal cada vez que salía de Palacio Nacional? La verdad no. No me extraña en lo particular, porque así lo advertí en entregas anteriores.

Por eso vale reproducir el texto con el que cerré la entrega del 21 de julio pasado:

“(…) El futuro de nuestro estado y de su gobernador quedó sellado aquella mañana del 17 de diciembre del 2020 cuando el presidente López Obrador declaró que los integrantes de la Alianza Federalista, entre ellos Enrique Alfaro Ramírez, eran “los gobernadores que están contra nosotros”. Ubicado el gobernador de Jalisco en esta lista de enemigo del presidente, ¿podemos esperar que el gobierno federal y López Obrador, en concreto, atenderán las peticiones, solicitudes, reclamos y exigencias del Mandatario jalisciense? ¿Es posible esperar el apoyo de quien tiene los recursos para darlo, cuando has decidido colocarte en la fila de enemigos del presidente de la República?”.

Y para que no quede duda, reitero:

“Jalisco sigue pagando el costo del enfrentamiento de su gobernador en contra del presidente; y el presidente sigue demostrando que se mantiene fiel a su pensamiento: ‘perdono, pero no olvido’”.

¿Ya ven por qué concluyo con un “al tiempo…”?