Redacción
Como si la burocracia estatal y municipal no fueran numerosas, y muchas veces ineficientes o innecesarias, el Congreso del Estado pretende ahora crear otros dos institutos, el del Envejecimiento y el de Nutrición.
Las experiencias con los institutos existentes señala que éstos sirven fundamentalmente para agrandar la burocracia ineficiente y poco o nada para el objetivo para el que fueron creados.
¿O acaso están mejor los jóvenes de Jalisco desde la creación del Instituto Estatal y los institutos municipales de la Juventud?
¿Los problemas de las mujeres en nuestro estado han disminuido gracias a los institutos estatal y municipales de la mujer?
¿Los artesanos jaliscienses viven mejores momentos gracias a las funciones del instituto estatal de las artesanías?
La respuesta evidente es no, por la sencilla razón de que dichos institutos gastan la mayor parte de sus presupuestos en burocracia y gastos derivados de la misma, y únicamente las raquíticas sobras van a beneficiar realmente a quienes van dirigidas supuestamente sus funciones.
La creación de los institutos del envejecimiento y de la nutrición sólo contribuirán a agrandar la plantilla burocrática, pero no serán la solución para mejorar las condiciones nutricionales de los jaliscienses ni ayudarán a que quienes aquí vivimos tengamos una mejor vejez.
La creación de políticas públicas no implica necesariamente la creación de más institutos.
¿Qué no pueden instituciones como la Secretaría de Salud, la Secretaría de Desarrollo Humano, el DIF estatal y los DIF municipales, las áreas de desarrollo social de los municipios, los servicios médicos municipales, los institutos ya existentes de la mujer y de la juventud, en coordinación con las autoridades federales (como Sedesol, Secretaría de Salud, el IMSS, el ISSSTE y el DIF nacional) implantar y ejecutar las necesarias políticas públicas para mejorar la nutrición y la calidad de vida en la tercera edad?
Ni modo, esta Legislatura del Congreso del Estado sigue dando palos de ciego.