Durante varias semanas el senador Jesús Casillas Romero ha amagado con renunciar a su militancia en el PRI, luego de que no obtuvo para él ni para sus más cercanos colaboradores espacio en alguna candidatura, no obstante ser el coordinador de campaña de José Antonio Meade en Nayarit, pero hasta el momento sólo es una presunción.
Sin embargo, quien decidió ponerle fin hoy a su militancia en el Revolucionario Institucional fue quien fungía como su “brazo derecho” en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), en Jalisco, y actualmente diputado local, Eduardo Pulido, quien incluso cubrió por un tiempo la licencia de Casillas al frente del sector popular.
Horas más tarde, quien también decidió abandonar las filas del PRI fue el regidor en Zapotlán el Grande, Alan Pinto, quien es el “brazo derecho” nada menos que del actual diputado con licencia, ex dirigente estatal del PRI y actualmente candidato al Senado, Hugo Contreras Zepeda.
Ambos, al advertir que el PRI está alejado de ganar las elecciones, han decidido pasarse a las filas del partido que se encamina a ganar la gubernatura y varias alcaldías, el alfarista Movimiento Ciudadano, tal y como lo hizo también Roberto Delgadillo, quien tras asumir el cargo de regidor en Guadalajara por el PRI, decidió renunciar a dicho partido y “cobijarse” bajo el mano naranja, no obstante que su hermana, Claudia Delgadillo, fue postulada por Morena como candidata a la alcaldía tapatía.
¿Cómo explicar que dos hombres cercanos a quienes son destacados políticos priistas y han ocupado varios y no menores cargos de elección popular postulados por el PRI, decidan “rebelarse” a sus jefes y abandonar las filas del partido hoy en el gobierno estatal?
Sin duda que Casillas y Contreras podrán argumentar que sus ex colaboradores -¿o todavía lo son desde un partido contrario?-, son libres de tomar sus decisiones políticas, pero nadie ignora que por su cercanía sus colaboradores no tomarían esta decisión si no fue con el aval de sus jefes. ¿O será que Jesús Casillas y Hugo Contreras decidieron también “bajar los brazos” ante al pesada cuesta por la que tiene que remotar su partido?
Con estas dos renuncias de hombres cercanos a quienes fueron dirigente estatal del PRI y dirigente estatal de la CNOP, queda demostrado que la invitación que hiciera el actual presidente priista, Ramiro Hernández García, para que regresaran al partido todos aquellos que se había ido del partido, no sólo no tuvo el eco esperado sino que fue ignorada y sigue el éxodo de militantes de un partido que prácticamente está hundido y nada se hizo por sacarlo a flote, por el contrario.
A 45 días de las elecciones, aunque parezca increíble, la pregunta que se mantiene vigente es: ¿Cuántos más renunciarán al PRI?
La cuenta sigue corriendo… al tiempo.