Si alguien cree que la reunión que sostuvo ayer el presidente Felipe Calderón Hinojosa con los consejeros nacionales jaliscienses del PAN tendrá efectos sobre cambios o reformas en el panismo local, está más que equivocado.
La mira de Calderón Hinojosa está puesta en la cúpula nacional de su partido, no en los pleitos, dimes y diretes de casa, porque entonces la reunión hubiese sido con otros correligionarios. Lo que el presidente Calderón busca es tener de su lado al mayor número de consejeros nacionales para concretar su proyecto en el partido.
Y es que tras la derrota y en su período de presidente saliente, carece de la fuerza anterior cuando impuso a Germán Martínez, César Nava y al propio Gustavo Madero como para imponer su voluntad a la mayoría de los integrantes del Consejo Nacional, de ahí que ahora anda cabildeando en cada entidad que visita para llegado el momento tener a la mayoría de consejeros a su lado.
Por eso es de risa creer que en su reunión en Casa Jalisco -en la que estuvo ausente Madero, porque el proyecto calderonista ya no lo contempla a él- se iba a abordar el tema de la hermana de “Chema” Martínez.
Por eso basta repasar la lista de los consejeros nacionales jaliscienses para confirmar que, salvo dos o tres, ninguno tiene ingerencia en la toma de decisiones en el panismo local; de hecho, la mayoría de ellos está alejado de las tareas partidistas y de lo que es el círculo de la dirigencia estatal.
Y hablamos de un Tarcisio Rodríguez que está en las tareas propias como secretario particular de su compadre; de las ex candidatas derrotadas Maricarmen Mendoza y Rocío Morgan; del gran perdedor Fernando Guzmán Pérez Pelález; de quienes “amarraron” cargo como Carmen Lucía Pérez, José María Martínez, Ricardo Rodríguez y Gildardo Guerrero; o de “paquistas” como Gildardo Gómez Verónica y Rafael Ríos; o de la cardenista Cecilia Piñón o del ex dirigente Manuel Romo, entre otros.
Ninguno de ellos tiene “peso”, intervención determinante en la toma de decisiones, dentro del panismo local. Por eso, la suerte del PAN jalisciense no fue el motivo de interés del presidente Calderón en esta reunión, sino la de tener los “hilos” del Consejo Nacional -reitero- para lo que se avecina.
Y quizás por eso no asistió Herbert Taylor, porque él no entra en los planes del proyecto calderonista sino que respalda el que pudiera traer el dirigente Gustavo Madero.
Así, pues, los panistas jaliscienses seguirán desahogando sus frustraciones del uno de julio, pero poco o nada pueden hacer con miras al futuro en tanto no se defina qué proyecto se pondrá en operación desde Los Pinos para rescatar al PAN.