Ayer en San Juan del Río, Querétaro, la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia a la presidencia de la República anunció que -de ganar la elección-, someterá a consulta si se mantiene o no la reelección en los cargos públicos de senadores, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales. “Yo pienso, pero lo voy a poner a consulta ahí cuando entremos, que no debe de haber reelección (…). Eso es algo del modelo neoliberal. Pues yo creo que los diputados tienen que regresar a sus tres años (en el cargo), y los senadores a sus seis años, y ya que digan los presidentes municipales también, Vamos a ponerlo a consulta y que decida el pueblo si hay reelección o no hay reelección para los puestos de elección popular”, declaró.

En el número 27 de la Revista Derecho Electoral, en 2019, Omar Delgado Chávez, maestro en Derecho Electoral y en aquel entonces magistrado de la Sala Regional Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, publica un texto titulado “Reelección en México: breviario histórico”, en el que nos recuerda que en 2012, un estudio del Instituto Mexicano de la Competitividad arrojó que el 70% de los mexicanos estaba en contra de que hubiese reelección en cargos de elección popular en el país. Sin embargo, las discusiones sobre el tema se intensificaron en el 2013 para dar paso a la reforma del 2014 que contempla la reelección, excepto para la Presidencia de la República y los gobiernos de los estados.

En esa discusión -rememora Delgado Chávez- se anotaron los contras de la reelección: “El individuo que ya fue diputado por un distrito y nunca dio la cara a sus representantes tiene incentivos para, de ser de nuevo candidato, serlo por otro distrito. Es decir, el sistema no solo desincentiva la responsabilidad, sino que premia la irresponsabilidad. Reactivación de los cacicazgos locales. Estancamiento de la clase legislativa al no renovarse. Personalismo que genere regionalismo, corrupción y fin de la disciplina en las bancadas. Los funcionarios públicos que están en su segundo periodo son significativamente más corruptos que los que están en su primer periodo. El control de los gobernadores y la filtración del narcotráfico y el crimen organizado en los gobiernos locales”.

Los pros de la reelección que se registraron en aquella discusión: “Profesionaliza las carreras políticas. El prospecto de reelegirse y permanecer en el cargo por varios periodos consecutivos motiva a los
legisladores y miembros de los ayuntamientos a informarse y aprender sobre diversas materias, a mejorar su técnica legislativa y a trabajar con mayor eficacia y disciplina. Inyecta estabilidad política y legislativa. Fortalece el carácter representativo de la democracia, so pena de ser castigados en las urnas. Incentiva la elaboración de proyectos de largo plazo. Propicia una relación armónica entre funcionarios electos y cúpulas partidistas. Incrementa la eficacia. Favorece la independencia del Congreso frente al Ejecutivo. Permite la profesionalización de los legisladores. Exige la rendición de cuentas frente a los ciudadanos. Responsabilidad de los cuadros políticos, la profesionalización de los cuadros públicos y capacidad institucional. Continuidad en la planeación y los programas de gobierno”.

En 2014 -hace diez años- se aprobó la reforma constitucional que, entre otras cosas, “resucita” la reelección de la siguiente manera: Los senadores y diputados podrán reelegirse por 12 años. Los primeros un periodo más, mientras los segundos en tres ocasiones (Art. 59). Los presidentes municipales podrán reelegirse por un periodo más y durar en el cargo seis años (Art. 115). La reelección de diputados locales deberá inscribirse en las constituciones locales y establecer que pueden hacerlo por tres ocasiones más, para durar también 12 años (Art. 116).

Se acotó en aquella reforma que nos recuerda Omar Delgado Chávez, que el legislador y munícipe que busque la reelección “tendrá que hacerlo por la misma vía por la que resultó electo la primera vez; o sea, por el mismo partido político o coalición que lo postuló, o por la vía de una candidatura independiente, salvo que haya renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de si mandato”.

“Como corolario, las reformas para los cargos federales aplicarían a partir de 2021 cuando sean electos en 2018; y en el caso de ayuntamientos y diputados locales, podría aplicar la reelección a partir del proceso electoral de 2018 si fueron electos con posterioridad al 10 de febrero de 2014 (fecha en que entró en vigor la reforma) y siempre que el mandato no sea superior a 3 años”.

Ahora Claudia Sheinbaum pone sobre la mesa discutir si la reelección en México se mantiene o se revoca, previa consulta popular.

Será el momento de que comencemos a realizar un análisis y balance de los beneficios o perjuicios que la reelección ha dejado en la sociedad mexicana. ¿Cuál será la opinión mayoritaria?

Al tiempo…