Manuel de Jesús Clouthier del Rincón estuvo en Guadalajara dos días antes del fatal accidente donde perdió la vida y ofreció, en medio de un desayuno, la que sería su última rueda de prensa. Al cumplirse hoy -uno de octubre del 2013- 24 años de su muerte, les presento la entrevista que redacté entonces para el periódico Ocho Columnas.
Mirando fijamente el plato con carne, chilaquiles, huevo y frijoles, tomó el tenedor y se llevó a la boca un pedazo de carne. Con la servilleta se limpió los labios y Manuel J. Clouthier respondió al reportero:
“¡No, mi amigo! No aspiro a ser candidato a presidente del PAN. Soy un soldado más dentro del partido… ¡No cambiaría de jinete(sic) a medio camino!
48 horas después de esta entrevista que dio aquí en Guadalajara, se registraba el fatídico accidente en la carretera de Culiacán a Mazatlán.
Esa sería la última rueda de prensa que daba a los medios de comunicación del país. Aquí la televisión captó las últimas imágenes en vida de quien fuera también dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y del Consejo Coordinador Empresarial.
Estaba contento. Muy contento. Recodaba aquel momento cuando se encontró coincidentemente con el dirigente priista, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en el avión que salía del D.F. rumbo a Aguascalientes.
“¡Es el único (avión) que había…! Y yo tenía que estar allá”. Recordó que, acompañado de Augusto Gómez Villanueva, Colosio abordó el avión; que llegando a Aguascalientes los gritos de los partidarios de Maquío apagaron los que lanzaban decenas de priistas que fueron llevados al aeropuerto para recibir a su dirigente.
En sus palabras nunca faltaba la palabra “democracia”. decía y recriminaba que “estamos tan mal acostumbrados a vivir la vida democrática quecuando llega no la asimilamos”, dijo.
Eran las 9:30 horas del viernes 29. En un salón del hotel Camino Real, Manuel J. Clouthier, acompañado de Gabriel Jiménez Remus, esperaba a los reporteros. Nadie se imaginó que sería la última vez que lo vería con vida.
Hay quienes le achacaban la creación del Gabinete Alternativo. Él, Clouthier, negaba que fuera obra suya. “El Gabinete no lo inventé yo, fue una decisión del Comité Directivo…”. Pero se sentía orgulloso de este organismo.
Como también presumía de la posición que en estos momentos tiene el Partido Acción Nacional. Subrayó que sólo el PAN, al iniciarse el periodo extraordinario de sesiones de la Cámara de Diputados, fue el único partido que presentó un proyecto de reformas a la Ley Electoral.
Presumió del papel protagónico que el PAN  jugaba en la esfera política nacional.
“Vean mis amigos si no es cierto: El PRI no puede hablar con el PRD, el PRD no puede hablar con el PRI. Pero, en cambio, ¡el PAN puede hablar con los dos partidos…! Yo puedo hablar con Cuauthémoc (Cárdenas), con Porfirio (Muñoz Ledo) y si tengo que hablar hasta con el diablo, ¡hablo con él!”, decía a los reporteros provocando las carcajadas de quienes ahí lo escuchábamos.
Manuel J. Clouthier estaba convencido de que las cosas en México estaban cambiando. Que ya no era el mismo México de antes del seis de julio. Que a partir de esta fecha tan importante en la vida nacional, algo estaba sucediendo y él había colaborado en esta transformación.
Pero Maquío acusaba al pueblo mexicano de ser el culpable de esta transformación nacional.
Con la mano cerrada, con el puño quería remarcar sus palabras. Dijo:
“Sería una idiotez si no reconozco los aciertos del gobierno, pero se deben al despertar cívico del pueblo mexicano. Es la madurez ciudadana que obliga al gobierno a hacer lo que ha hecho… Nos estamos enseñando a hacer democracia”.
Manuel J. Clouthier daba así su última rueda de prensa. Y ahí se calificó como un soldado más dentro del PAN.
48 horas después moriría.
“Murió como un soldado de la democracia”, dijo el presidente de Acción Nacional, Luis H. Álvarez.