Gilberto Pérez Castillo

La pregunta que muchos priistas se hacen en los últimos días tiene que ver con el Rector General Carlos Briseño Torres y su clara vocación de defensor de oficio.

Como se sabe, cada que el Gobernador Emilio González Márquez se mete en problemas con la opinión pública, Briseño Torres sale inmediatamente en su defensa.

Así lo hizo cuando el panista intentó imponer el llamado placazo, es decir un nuevo canje obligado de placas para los automóviles, no obstante que las anteriores aún están vigentes.

También se ha puesto del lado del Gobernador blanquiazul cuando éste se metió en el pleito del donativo de 90 millones de pesos para el Santuario de los Mártires y se ha abstenido de cuestionar a Emilio después de las mentadas de madre.

Es más, con el fin de abonar a la recuperación de la imagen del gobernante panista se lo llevó ayer a Lagos de Moreno a inaugurar una biblioteca en una escuela preparatoria y hasta regañó a los estudiantes y trabajadores que se manifestaron en contra de Emilio por las mentadas de madre.

Sin embargo, esa misma actitud de defensor de oficio no la demostró el Rector cuando el presidente estatal de su partido se vio involucrado en un escándalo por la muerte de un perro que mordió a su hijo.

Por eso por estos días muchos priistas se preguntan por qué tanta voluntad de Carlos Briseño para defender al panista y tanto desdén hacia el dirigente priista.