Muchos pueden ser los nombres de los personajes del escenario político jalisciense a colocar en la lista de quienes descendieron, pero basta con mencionar una decena de ellos.
En este punto, como en el de los que ascendieron, “en gustos se rompen géneros”, pero sin duda hicieron lo suficiente para estar entre los mencionados, donde podrían estar muchos otros más que ustedes quieran incluir.
Esta es, pues, la lista de quienes descendieron en el 2013:
1. Elisa Ayón Hernández. Como otros políticos, la regidora tapatía no entendió que hoy los tiempos son otros en los que su forma de hacer y entender la política no encajan. Hoy paga el precio de su soberbia y creerse intocable.
2. Oscar Benavides Reyes. El dirigente sindical de los empresarios se convirtió en un “gatillero” verbal, en un activista partidista que antepuso sus intereses y los de un grupo reducido de empresarios que dañaron al erario público al dejar de pagar millones de pesos de impuestos y a los que desde su cargo pretende encubrir, amén de que guarda silencio ante los desmanes de sus colegas o del grupo político con el que simpatiza. Con su conducta, la imagen del organismo empresarial está en los “suelos”.
3. Enrique Alfaro Ramírez. Si bien mantiene en buen recaudo apoyos y simpatías obtenidas en las elecciones del 2013, el año pasado fue de pesadilla para el mandamás del alfarismo en Jalisco, al sufrir una serie de tropiezos entre los que sobresalen dos: Uno, recular sobre la iniciativa original de la Ley de Libre Convivencia y dar la orden a sus leales de oponerse a ella, lo que desconcertó a muchos por asumir una actitud conservadora en una organización que presume de progresista; dos, el convocar a protestar contra la Reforma Energética, no hacer acto de presencia al huir del lugar de los hechos del que estaba a cinco minutos y dejar “plantados” a sus convocados que incurrieron en actos de vandalismo contra el inmueble del Congreso. A esto se suma que no obstante declararse enemigo de los partidos políticos, despreció las candidaturas independientes y se refugia en su Partido Movimiento Ciudadano.
4. Cardenal Juan Sandoval Iñiguez. La imagen del otrora poderoso Arzobispo de Guadalajara no mejoró tras su retiro. Lo que pretendía ser su gran obra, el Santuario de los Mártires, avanza a paso lento al destinarse los recursos económicos a obras de mayor prioridad; su oposición a que la Línea Tres del Tren Ligero pase por debaje de Catedral se topó con la anuencia de su sucesor; y hoy su voz carece de peso público.
5. Miguel Ángel Monraz. El dirigente estatal del PAN ha sido incapaz de lograr un cierre de filas de sus correligionarios en torno a la unidad del partido, generando, en cambio, una división interna que se refleja, incluso, en su fracción parlamentaria donde enfrenta la rebelión de algunos de sus diputados que se han sumado en los hechos a la fracción del Partido Movimiento Ciudadano.
6. Gildardo Guerrero. El coordinador de la bancada del PAN en el Congreso no logró consolidarse en el cargo. No obstante que se mantiene al frente de la fracción, su situación es muy endeble, pues además de que enfrenta el amago de ser destituido, tiene que lidiar con un grupo de diputados panistas que prácticamente lo ignoran, hacen lo que quieren y hasta se alían con el adversario político sin que nada les suceda.
7. Luis Ernesto Salomón. El síndico del Ayuntamiento de Guadalajara no estuvo a la altura de su responsabilidad, pues además de huir de los reporteros en cuanta oportunidad tiene para no dar entrevistas, evitó involucrarse en el conflicto con los vendedores ambulantes en lo que concernía a su cargo y en el asunto de Elisa Ayón se escondió para no firmar el documento legal que impedía el regreso de la regidora a su cargo.
8. Juan José Bañuelos Guardado. El contralor estatal abrió grandes expectativas de un verdadero combate a la corrupción del gobierno anterior, pero todo quedó en retórica, pues no ha logrado sostener con pruebas documentales el monto de las irregularidades que declaró se detectaron en el gobierno de Emilio González Márquez.
9. Ramiro Hernández García. El alcalde tapatío se vio envuelto en un serie de conflictos cuya solución está pendiente por diversas razones, entre las que destaca la falta de capacidad de sus colaboradores que rehúyen a cumplir con su obligación y su falta de decisión para dar el “golpe de timón” necesario para meter en orden a esos colaboradores y hacer el relevo de varios de ellos que no deberían seguir en su cargo.
10. La prensa “amarillista”. Diarios anteriormente serios y ecuánimes, en este 2013 le apostaron a los temas escandalosos, de tinte “amarillista”, con temas e información que más bien reflejaron sus fobias particulares por ciertos personajes y su complicidad con otros. Su fracaso por este tipo de periodismo se refleja en que no crecieron en sus ventas sino, por el contrario, van de “picada” o se mantienen en la misma posición.