Julio César Hernández
Si los diputados actúan con responsabilidad y más allá de sus intereses políticos-partidistas, entonces asumimos que rechazarán aprobar la adición del Capítulo X, que comprende el artículo 232 Bis del Código Penal del Estado, de la iniciativa que envió el Ejecutivo y que ha generado una serie críticas y cuestionamientos.
Y digo que el sentido común lleva a pensar esto cuando nada menos que el propio secretario de Salud, Alfonso Petersen Farah, se encargó de “matar” dicha iniciativa al asegurar ayer ante los mismos legisladores que aquello de la esterilización sin consentimiento, o esterilización provocada, como la denomina el Ejecutivo en su iniciativa, “es un mito urbano”.
¿Cómo, entonces, pretenden modificar la ley sobre un asunto que no existe?
Petersen Farah apuntó que, al igual que en el Instituto Jalisciense de la Mujer, tampoco en la Secretaría de Salud se han recibido denuncias de esterilizaciones sin el consentimiento de la persona a la que se le aplica dicha cirugía. 
“Nosotros no tenemos en la Secretaría de Salud ninguna denuncia de alguna mujer que hubiera sido esterilizada sin su voluntad…”
Ya lo decíamos, ni en la exposición de motivos de esta iniciativa ni en ningún otro espacio, las autoridades estatales han argumentado con estadísticas o denuncias concretas las razones del por qué de su iniciativa, lo que lleva a concluir que la misma no es sino otro “gancho” más del Ejecutivo para estar “en boca de todos”, para confrontar a los ciudadanos o para quedar bien con el cardenal Juan Sandoval Iñiguez.
Así, pues, tras de que tanto el Instituto Jalisciense de la Mujer, a través de su director jurídico, como ahora el secretario de Salud, Alfonso Petersen, han confirmado que no hay denuncias de esterilizaciones provocadas, no queda sino esperar que los diputados actúen en consecuencia y no “muerdan el anzuelo” que les envió el Ejecutivo para mantenerse en los medios de comunicación.