Foto: Twitter @yeidckol

Confiada en que será la nueva dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky advirtió que ante la honda división en Jalisco “será dura la sacudida; que se pongan las pilas y a trabajar”, dijo. Y como secretaria general del CEN, reiteró que actualmente no tienen dirigencia en el estado.

“Hugo Rodríguez no es ya el dirigente. El INE (Instituto Nacional Electoral) ya lo desconoció como tal, yo tengo el documento oficial…”. Explicó que Rodríguez Díaz debió recurrir al Tribunal Electoral en espera de que lo reinstalen como dirigente, pero no para mantenerse como tal. “Hoy no hay dirigencia en Jalisco”, subrayó.

Sobre la gran cantidad de grupos o “tribus” que existen en su partido aquí en Jalisco, dijo que los ex perredistas -hoy en Morena- “quieren seguir funcionando como si fueran del PRD”, y fue entonces cuando advirtió que al interior de su partido “será dura la sacudida…”.

Reconoció que la militancia jalisciense “está fracturada”, pero aseguró que a la dirigencia nacional Jalisco les interesa mucho, “y para ganar. Nos va a ir (en 2021), mejor que a Movimiento Ciudadano”, confió.

En este sentido, Yeidckol Polevnsky, le puso nombre y apellido a quien considera el autor de la división de su partido en Jalisco: Gabriel García Hernández, actual coordinador de delegados del gobierno federal.

Responsabilizó a García Hernández de operar en el estado a través de su amigo Alejandro Peña, ex delegado de Morena, y a quien dejó como su suplente en el Senado de la República. “Ellos son los responsables de la división en Jalisco”.

De hecho, culpó a Gabriel García de “grillar” a Carlos Lomelí Bolaños para que renunciara como “superdelegado”. “El celo que le tienen a Carlos Lomelí es monstruoso”, aseguró Polevnsky, quien presumió su relación con el empresario farmacéutico desde hace muchos años cuando “fuimos los primeros empresarios que apoyamos a López Obrador”.

Previamente había reiterado su acusación contra García Hernández de ocultar el padrón nacional de Morena cuando fungía como secretario de Organización del partido, lo que generó todo un escándalo y obligó la intervención del Instituto Nacional de Electores (INE) y frustró que se llevara a cabo la renovación de la dirigencia en el período cuando Polevnsky estaba encargada del despacho.