Con el lema “No somos dioses…”, médicos de todo el país se manifestarán el próximo domingo en apoyo a los 16 médicos del Hospital de Pediatría del IMSS, aquí en Jalisco, que enfrentan sendas órdenes de aprehensión por presunta negligencia médica en un menor de 15 años y cuyo padre, Sergio Valente Gallardo Ramos, los denunció penalmente.
A raíz de este caso y tras conocerse la orden de aprehensión en contra de los 16 médicos que se encuentran amparados, se creó el movimiento #YoSoyMedico 17 y a través de las redes sociales ha dado a conocer su postura en torno a este caso y ha convocado y anunciado la marcha de los hombres de blanco.
“Somos médicos no dioses. Sin fines políticos o religiosos. Solo dignificando el ejercicio de la medicina”, se lee en el perfil de #YoSoyMedico17 en su cuenta en redes sociales desde donde, además, han dado a conocer un texto en el que explican las condiciones en las que llegó el menor al nosocomio para se atendido, con lo que se deslinda a los médicos que lo atendieron de cualquier responsabilidad por su muerte.
Sin duda que esta marcha nacional de los médicos del país no tiene precedente por lo que la motiva: la dignificación no sólo de la medicina sino del médico mismo; la lucha contra la satanización de los hombres de blanco, quienes hoy son “blanco” de críticas y señalamientos que, sin duda, ponen en riesgo su propia integridad y vocación.
A lo largo de los últimos meses ha sido noticia recurrente las presuntas anomalías en la atención médica a pacientes en diversas entidades del país, particularmente en el caso de madres que dan “a luz” en el jardín, en el pasillo, en el baño o en cualquier otro lugar dentro o cercano a un hospital, pero no en la sala de expulsión.
Y esto, por supuesto, ha generado irritación y enojo de un importante sector de la sociedad que no duda en criticar y atacar al sector médico de estos lugares donde se registran los lamentables hechos.
Sin embargo, quizás por la reacción que provoca conocer estos sucesos no nos detenemos a pensar, analizar y reflexionar el alcance de la responsabilidad que tienen los médicos en estos hechos; ignoramos si los galenos cuentan con todo el equipo necesario para ejercer su profesión; si los hospitales cuentan con la oferta de camas a la par de la demanda; si en cada nosocomio existen los médicos suficientes para atender al gran número de pacientes que llegan…
Anotemos: La responsabilidad no está en los médicos, para empezar. Habría que confirmar si las autoridades, los gobiernos en sus tres niveles, invierten lo necesario para poder cumplir con el precepto constitucional del derecho a la salud.
¿Cuántos médicos no hacen prácticamente “magia” para atender a sus pacientes con serias carencias de equipo en diversos hospitales, ya no digamos en las zonas rurales o puntos alejados de la urbe sino en la misma Zona Metropolitana de Guadalajara? ¿Cuántos médicos se ven obligados a atender a cierto número de pacientes por hora o minutos, a fin de atender al mayor número de ellos en un día, porque así se los exigen sus superiores o las autoridades médicas?
Si, sin duda que hay lamentables casos de negligencia médica, pero no son los más.Y no por los pocos debe de satanizarse una profesión y a quienes la ejercen.
Si, sin duda que es duro y doloroso enfrentar una situación difícil con un pariente, pero debemos de particularizar cuando el daño es ocasionado por negligencia médica; sin embargo, es injusto hacerlo cuando los médicos tienen que atender y ejercer en condiciones poco propicias o cuando la responsabilidad de la condición del paciente es de los familiares.
Así, la marcha programada para el próximo domingo en todo el país por parte del movimiento #YoSoyMedico17 seguro será una llamada de atención no sólo para la sociedad sino para el gobierno mismo que está obligado a proporcionarle a los profesionistas de la medicina los equipos, las herramientas y las instalaciones para dar el servicio al que se comprometieron al hacer el juramento hipocrático.
Me niego a creer que sea lo contrario.