En tiempo récord Hagamos acabó con su credibilidad en el Sur de Jalisco, gracias a la inminente candidatura de Mónica Reynoso (der. en la foto) en Zapotlán, y a la jugadas de Francisco “El Güero” Álvarez (izq. en la foto) en Tamazula.

Los primeros pasos del partido prometían una alternativa plural, progresista y hasta cierto punto fresca, en dos meses demostraron ser rancios y del montón.

En Ciudad Guzmán (Zapotlán) registraron seis precandidatos, creando un vitral con perfiles de la academia, sector salud, servicio público y liderazgos estudiantiles.

Durante precampaña todos anduvieron de la mano -literal- presentando propuestas. Gastaron suela y saliva en la calle; tiempo y presupuesto en redes sociales.. fue inútil.

Al principio la balanza parecía inclinarse por el abogado Antonio Jiménez, en contraste con los otros dos aspirantes masculinos que resaltaron, uno, por aquel video viral donde reconocía que “Hagamos es un partido de la Universidad de Guadalajara”; otro, por señalamientos de acoso sexual.

Después la paridad de género apuntaba a una candidatura femenina donde tenían un trío de propuestas. Al final sí será una mujer, pero alguien externa: Mónica Reynoso Romero, esposa de José Luis Orozco Sánchez Aldana (centro en la foto), quien fue alcalde por el PRI de 2012 a 2015.

Una persona que no nació en Zapotlán, no vive allí (aunque así lo diga su credencial del INE), ¡Vaya, ni siquiera estudió en la Universidad de Guadalajara! Su ideología está muy lejos de defender asuntos como la legalización de la marihuana o las causas feministas, que son principios cobijados por los militantes de Hagamos.

Apenas el sábado se oficializó el nombramiento, pero Lillia Delgado, una de las precandidatas, ya lo había dejado claro al presentar su renuncia a Hagamos: “Vía telefónica me informan que las encuestas no me habían sido favorables, ni a mí ni a mis otros cinco compañeros precandidatos, manifestó a través de Facebook.

Esta es una movida política con la ambición de sacrificar calidad por cantidad, pero podría no resultarles. Si la justifican con las encuestas, los votantes ya tienen en Morena a una izquierda simulada y con democracia interna de candidatura.

¿Qué busca Hagamos con un personaje como Reynoso? Llegó a ser popular en el municipio cuando presidía el DIF, más que su esposo, pero eso sucedió hace entre seis y ocho años.

No le puede apostar a la infuencia de Orozco -quizás sólo a su dinero-, pues su gestión estuvo llena de “buenas intenciones” y falta de autoridad. Gracias a ello sus dos sucesores enterraron su legado y se apropiaron de sus grandes proyectos.

Por si algo le faltara al partido en la región, el proceso interno de Tamazula también ha sido opaco y derivó en la declinación de todos sus aspirantes para ceder la nominación a Ignacio Herrera, mano derecha de Francisco “El Güero” Álvarez, un cartucho tan quemado que ahora, en su nueva búsqueda por la diputación local, fue capaz de meter la mano hasta en la mayordomía de la santa patrona de su pueblo.

Ojalá les resulte el plan y la pérdida de dignidad, al menos para mantener el registro.