¿Cuál es la diferencia entre el Raúl Padilla López y el Grupo Universidad de 2018 cuando el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y el partido Movimiento Ciudadano se aliaron para ganar la gubernatura, con el Padilla López y el Grupo Universidad del 2020 cuando el Mandatario estatal decidió unilateralmente romper esa alianza por la creación del partido político Hagamos Jalisco?

Aparente y públicamente no hay ninguna diferencia en el escenario, más que la aparición de ese partido político, Hagamos, que en los comicios del 2021, por ley, no pudo ir en alianza con MC.

En los propios corrillos de Casa Jalisco y Palacio de Gobierno, se aseguró en su momento que Alfaro Ramírez “rompió lanzas” con el Grupo Universidad porque Padilla López hizo caso omiso a su petición de posponer hasta después de las elecciones intermedias del 2021 la fundación de su propio partido político, y que la primera señal pública de dicho rompimiento fue -sabido por todos-, la decisión del Congreso del Estado de retirarle de su presupuesto a la UdeG los 140 millones de pesos que ya le había asignado para la construcción del Museo de Ciencias Ambientales.

Propios y extraños supieron que la decisión de la mayoría de los diputados no fue por iniciativa propia sino por instrucciones precisas recibidas desde Casa Jalisco.

A partir de entonces comenzó la “guerra” del Ejecutivo en contra de la Universidad de Guadalajara, del Grupo Universidad y del hoy finado ex rector Raúl Padilla López, quien se mantuvo ajeno al pleito político y nunca contestó a las agresiones verbales, principalmente; en tanto que dejó en manos del rector Ricardo Villanueva Lomelí enfrentar, atender y buscar resolver lo que se consideró una “agresión” a la institución como fue el retiro de los 140 millones de pesos -asunto que aún está en manos de la Suprema Corte de Justicia-, o las manifestaciones en demanda de mayor seguridad para la comunidad universitaria cuyos estudiantes y catedráticos han sido víctimas de asaltos, desapariciones y hasta homicidios.

Desde que el gobernador Enrique Alfaro decidió públicamente romper su alianza con Padilla López -después de que juntos lograron la gubernatura- y el Grupo Universidad hasta el Domingo de Ramos pasado -hace 15 días-, no vamos a encontrar en ningún medio de comunicación o en redes sociales, respuesta o referencia alguna del ex rector de la UdeG a todas las declaraciones que se hicieron en su contra, aún las más agresivas. Guardó silencio.

¿A qué viene todo esto? A que tras la muerte de Raúl Padilla López han aparecido varias voces que antes se mantuvieron calladas y que hoy se colocan del lado del gobernador Alfaro Ramírez con dos posturas: Una, desviviéndose en elogios al Ejecutivo, asegurando que su postura en contra de Padilla López -cuando ya no fueron aliados-, era la de todo un estadista, que la razón le asistía y que, por lo tanto, el villano era el ex rector. La otra, que la Universidad de Guadalajara olvide todos los agravios, que haya “borrón y cuenta nueva”, y que ante la ausencia de Padilla López se someta a una “limpia” como la quieren en el gobierno, no la comunidad universitaria.

Sin duda alguna que ante la ausencia de su líder político, la Universidad de Guadalajara y el Grupo Universidad tendrán que enfrentar una nueva realidad y ajustarse a ella, siempre en beneficio de la comunidad universitaria toda. Pero otra cosa es la “guerra” política que se les declaró desde el Ejecutivo, porque ya el Grupo Universidad, con su propio partido, no les era necesario ni conveniente y sí, en cambio, ya les significaba una competencia política-electoral.

Aquí está el “meollo del asunto”: La “guerra” del Ejecutivo en contra de la UdeG y su líder Raúl Padilla, siempre fue política, nunca de carácter académica-educativa. El origen del conflicto, la razón del rompimiento de la alianza, fue política. Y si nos atenemos a la reciente “Carta Abierta” del gobernador Alfaro, podemos augurar que esa “guerra política”, continuará.

Y si no, al tiempo…