Mal le fue en Jalisco al gobernador Enrique Alfaro Ramírez durante su participación en la Conferencia Mundial del Agua, allá en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde ayer presentó un panorama de logros en su gobierno en materia de obras y saneamiento que, por supuesto, no compartió un amplio sector de jaliscienses que han padecido la escasez y la pésima calidad del vital líquido, como aquellos actores políticos que han sido insistentes en que el gobierno del Estado ha sido omiso a esta problemática.

Uno de estos críticos que no han quitado “el dedo del renglón” es el partido Hagamos, que dio a conocer su postura respecto a la situación real que en esta materia se vive en el estado, en tres puntos: el desperdicio, el desabasto y la pésima calidad del agua.

Sobre el primer punto, el dirigente estatal del partido, Ernesto Gutiérez, destacó: “Se estima que el 30 por ciento del agua del AMG se desperdicia debido a la falta de mantenimiento y renovación de la infraestructura de ductos que transportan el líquido, algunos de estos con una antigüedad de noventa años y elaboración de asbesto. Además, la calidad del agua que consumen las y los jaliscienses en deplorable, con reportes de agua sucia y que no es apta para el consumo en seres humanos”.

Respecto al segundo asunto, apuntó: “La construcción de la presa de El Zapotillo no representa una solución verdadera al problema del abasto del agua. El gobernador afirmó que dicha obra daría al Área Metropolitana de Guadalajara suficiencia del líquido por los próximos 50 años, dato que fue desmentido por especialistas que han afirmado que los esfuerzos del gobierno se deben orientar a una política de aprovechamiento del agua y evitar su desperdicio, incluso se sugiere fortalecer la captación de agua que se recolecte de las lluvias”.

Y en cuanto a la mala calidad, subrayó: “El río Santiago sigue siendo uno de los más contaminados del continente. El año pasado el gobernador inició un proceso de privatización de aguas residuales cediendo a empresas el control y mantenimiento de plantas tratadoras a cambio de que ellos mismos usen el agua. Se estima que la cantidad de aguas residuales que se vierten en el río equivale a 25 millones de pipas y que sólo un tercio de las aguas residuales que se generan en el AMG se trata. Colectivos han denunciado que los elementos encontrados en el cauce del río han provocado la muerte de 2 mil 347 personas desde 2008, mientras que el gobierno ha reconocido 941 en el periodo de 2009 a 2019”.

Por último, y para rematar, Ernesto Gutiérrez recriminó: “Esta situación no es digna de presumirse en un foro de prestigio internacional” y “el anuncio de acciones orientadas a mejorar la calidad del agua que hizo el gobernador es tardío”, además de que “ha ignorado los reclamos de población, personas afectadas, colectivos e incluso, una recomendación de la Comisión Estatal Derechos Humanos Jalisco del año pasado en que urge tomar acciones urgentes para evitar graves violaciones en derechos humanos”.