Reza un dicho que “no por madrugar, amanece más temprano”, y con esta dura realidad se topó el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien en su afán de marcar políticamente la diferencia entre él y su gobierno con el presidente Andrés Manuel López Obrador y la 4T en la batalla contra el coronavirus, hoy se encuentra entre las cuerdas en el tema de las pruebas rápidas.

Tampoco aplica para el gobierno de la presunta Refundación aquello de que “el que madruga Dios le ayuda”, porque cuando creía que tenía en las manos 20 mil kits para aplicar pruebas rápidas de coronavirus -con un costo de poco más de 20 millones de pesos-, le aplicaron el refrán de que “del plato a la boca se cae la sopa” y hoy anda desesperado buscando quién le surta dichas pruebas.

Y es que de manera que ni el propio Alfaro Ramírez sabe explicar, la empresa Hisa Farmacéutica, SA de CV simplemente no le surtió aquella cantidad de pruebas por las que había girado ya la orden de compra; es más, ya ni siquiera las llamadas telefónicas les tomó, según reveló el propio Mandatario.

El lunes pasado el gobernador anunció la aplicación de estas pruebas rápidas y presumió que “Jalisco tiene listas 5 mil pruebas PCR para aplicar a la población” y que la meta era contar con 20 mil pruebas, mientras que en todo el país únicamente existían 10 mil. Sin embargo “el gozo se fue al pozo”, porque ayer jueves reveló oficialmente que esas pruebas nunca llegaron, luego de que el plazo de entrega venció a la medianoche del miércoles 25.

Después de esto, el gobierno alfarista perdió la brújula, pues hoy no sabe quién le surtirá las pruebas rápidas necesarias -que otros gobiernos presumen tener, como el de Nuevo León que encabeza “El Bronco”-, como el propio Alfaro lo declaró ayer en una de las tantas entrevistas que concedió a medios nacionales. Lo que escuchamos ayer es preocupante, porque cuando se quiso “cantar victoria” antes de tiempo hoy nos encontramos que mientras los casos confirmados de contagio se incrementan, se desconoce cuándo se tendrán las pruebas tan necesarias.

Cuando le preguntaron ayer de dónde vienen las pruebas, el gobernador respondió: “Es que como todavía no nos dicen qué proveedor nos va a surtir; lo que te puedo decir es que no nos ha llegado ninguna (prueba) (…). Lo que estamos haciendo es buscar entre las opciones que hay con una condición básica: tienen que ser pruebas certificadas por organismos internacionales”.

Luego confesó: “Hicimos órdenes de compra para tener alternativas, en espera de ver quién nos va a surtir los pedidos que hemos hecho…”.

En una palabra: se perdió la brújula. El gobierno de Jalisco no sabe dónde conseguir las pruebas rápidas ni quién puede surtírselas con la garantía de tener la certificación internacional, pues al parecer también se enfrenta a un mercado “negro” donde hoy las pruebas las obtiene el mejor postor, quien haga la mejor oferta, ante la demanda no sólo de otros estados sino hasta de otros países. Ha tocado ya varias puertas y no encuentra respuesta. Todas les han dicho que no.

¿No será el momento de que Alfaro diriga la mirada a laboratorios locales para que den este servicio? Hay varios a los que parece ignorar, pero es el momento de tomarlas en cuenta si es que quiere recuperar el tiempo perdido.

Pero anotemos: Hoy son las pruebas rápidas, no hay quien las surta, ¿qué será mañana? ¿Se tienen ya los suficientes respiradores? ¿Hay camas suficientes? ¿No será el momento de establecer convenios hasta con hospitales privados para tener las suficientes camas cuando la contigencia se encuentre en el punto más alto? ¿Ya se tiene el sufuciente plaquenín? ¿Existen los equipos suficientes para todo el personal médico que atiende esta emergencia? ¿Se tienen los insumos de seguridad necesarios para evitar mayores contagios?

¿O por quererle ganar políticamente una carrera inexistente a la 4T se enfrentará en los próximos días y semanas a la urgencia de conseguir todo lo anterior en un mercado altamente competido y donde la demanda incrementa los precios a niveles estratosféricos?

Es tiempo de que las ambiciones políticas se dejen a un lado, que los carruseles de entrevistas en medios nacionales -lleva tres días en plena promoción-, no sean la prioridad or encima de su obligación de informar a los jaliscienses, pues fue a través de aquellos que nos enteramos del segundo fallecimiento por coronavirus y del fracaso en la adquisición de las pruebas rápidas.

Ojalá, pues, que por el bien de Jalisco y los jaliscienses, Enrique Alfaro recupere la brújula y diga aquí la realidad que cada día vivimos, pues necesitamos saber que nuestro gobierno sabe lo que hace y que lo hace bien; que antepone la salud de sus gobernados a las ambiciones políticas personales.

Y si no, al tiempo…