Por Julio César Hernández
Sin duda que el presidente Felipe Calderón Hinojosa es un hombre agradecido.
Primero -independientemente del trabajo realizado por los legisladores jaliscienses-, su gobierno habrá de canalizar varios miles de millones de pesos a Jalisco del presupuesto federal que aprobó la Cámara de Diputados. El monto extraordinario alcanza los 5 mil millones de pesos.
Este logro fue interpretado por algunos analistas como una respuesta de Calderón a los votos que los jaliscienses le dieron el dos de julio del 2006 para que alcanzara la presidencia de la República, además de que fue la entidad que mayor número de diputados panistas dio a la Cámara de Diputados y los dos Senadores.
Ahora regresa a Jalisco y en una gira de trabajo aprovecha para indemnizar a los ejidatarios de El Zapote, en Tlajomulco, por la expropiación de sus terrenos, hace 56 años, para la construcción del hoy aeropuerto internacional de Guadalajara.
Y por supuesto que recordó que fue ahí, en El Zapote, pero en un rancho del ahora subsecretario Abraham González Uyeda, donde prácticamente inició su camino rumbo a la Presidencial, cuando fue “destapado” como precandidato, cuando prácticamente nadie apostaba a su favor.
No hay duda, pues, que Felipe Calderón es un hombre agradecido.