el-bajio-21
Julio César Hernández
No es buena señal iniciar cualquier obra pública con la protección de elementos de seguridad pública, ante la inconformidad de los vecinos de la misma que reclaman simplemente información sobre los beneficios y perjuicios de la misma.
Ante la manifestación de los opositores que se quejan de no conocer los pormenores del proyecto del Macrobús en la zona de Tesistán y bloquear por algunos momentos el trabajo de maquinaria que rompian el machuelo del camellón de la carretera a Tesistán, las autoridades respondieron enviándoles uniformados del estado. Y cuando esto sucede, es que algo grave está fallando en la esfera oficial.
Un evento como el anterior, lo único que demuestra o pone en evidencia es la falta de comunicación entre gobierno y gobernados; es el ahondamiento del divorcio entre autoridad y ciudadanos. Y si los polos se alejan, los riesgos son mayores.
Ahora se escuchan voces opositoras a que las Villas Panamericanas se levanten en la zona de El Bajío, ante los problemas ambientales que ello provocaría, toda vez que dicha área es d amortiguamiento para el bosque de La Primavera y, además, que es alta concentradora de índices ambientales no satisfactorios.
Mal harían las autoridades si, como lo han hecho en muchas otras ocasiones, vuelven a taparse los oídos y ver “moros con tranchete” en estas voces contrarias, cuando lo que inmediatamente deben de hacer es establecer una mesa de diálogo donde estén incluidos los inconformes y las autoridades, acompañadas por especialistas en el tema y las propios autoridades del sector, como la Semades, para que sea con argumentos como se diriman las diferencias.
¿O será que de ahora en adelante a las protestas ciudadanas las autoridades responderán con la fuerza pública?