Nadie lo inventó, nadie lo tergiversó. No es autoría de sus adversarios políticos, ni de los de aquí ni de los de allá; no lo dijeron sus críticos ni aquellos medios de comunicación “chantajistas”, mucho menos los columnistas, aquellos que dice que añoran tiempos pasados. No. Ahí está el video como evidencia y que queda para la posteridad.

El 20 de marzo pasado -hoy hace exactamente un mes-, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, a través de un video que subió a sus redes sociales desde Casa Jalisco, dijo lo siguiente:

“El día de hoy la Universidad de Guadalajara presentó un modelo científico que a partir de los datos oficiales calcula la evolución y comportamiento de la enfermedad (coronavirus o Covid-19). Este modelo ha tenido un nivel de correlación del 98%; esto quiere decir que lo que ha predicho prácticamente está sucediendo”.

Y luego, con mucho énfasis subrayó:

“La aportación de este estudio es que nos revela la importancia de los próximos cinco días. Los próximos cinco días serán cruciales para controlar el crecimiento del contagio del virus en nuestra sociedad. Por eso hoy le pido a los jaliscienses que esta semana hagamos el sacrificio de quedarnos en casa; un sacrificio de cinco días que podría evitar tener que hacer un sacrificio de meses. Cinco días de aislamiento que puede ser decisivo en el manejo de la crisis que enfrenta Jalisco. Así de claro. Es un llamado sustentado en evidencias científicas, no en ocurrencias o corazonadas. Es un llamado que busca evitar el escenario de la cuarentena obligatoria, de medidas radicales por no actuar a tiempo como hoy sucede en la ciudad de California…”.

Tres doritos después, o más concretamente 30 días más tarde, Jalisco ya padece un “sacrificio de meses” -ya corrió el primero y en principio falta otro más-; los jaliscienses ya enfrentamos a partir de hoy una “cuarentena obligatoria” con “medidas radicales”, pese a supuestamente haber actuado a tiempo. Sí, todo aquello que Alfaro Ramírez aseguró que no ocurriría si se hacía el “sacrificio” de quedarse en casa cinco días… está sucediendo, y con un augurio de que la situación se pondrá peor.

Pero los cinco días no bastaron. El 25 de marzo el gobernador pidió un “sacrificio” más de otros cuatro días de aislamiento voluntario, pero advirtió: “Decir que estas medidas se mantendrán hasta el domingo no significa que el lunes todo regresará a la normalidad…”. Y efectivamente, es fecha que no regresamos a la normalidad porque el Gobierno Federal conminó a quedarse en casa hasta el 30 de abril que luego extendió un mes más al 31 de mayo, medida a la que se sumó el gobierno del Estado.

Lo bueno es que el “aislamiento voluntario” de los primeros cinco días fue un “llamado sustentado en evidencias científicas” y “no en ocurrencias o corazonadas”. ¿Qué tal si no hubiera sido así?

Ahora, un mes después de ese llamado que no se sustentó en “ocurrencias o corazonadas”, quien nos exhortó al “sacrificio” por cinco días para evitar un “sacrificio de meses” y evitar una “cuarentena obligatoria con medidas radicales”, nos aplica una cuarentena obligatoria con medidas radicales, aquello a lo que no se quería llegar si nos sacrificábamos cinco días.

Ayer el mensaje fue implacable:

  1. Cero tolerancia.
  2. Aislamiento social obligatorio.
  3. Uso de cubrebocas obligatorio.
  4. Arresto hasta de 36 horas para quien no cumpla.
  5. Uso de la fuerza pública parta obligar a cumplir estas medidas.

Quién iba a imaginarse que a final de cuentas nos aplicarían todo lo anterior, a pesar de que nos aislamos voluntariamente los primeros cinco días como nos lo pidieron basados en estudios científicos y no en “ocurrencias o corazonadas”.

Algo falló y alguien nos mintió…

Pero “haiga sido como hagia sido”, dijo el clásico michoacano, atendamos el llamado: #Quédateencasa.