En Jalisco no “rifa” aquella sentencia lópezobradorista de que “amor con amor se paga…”.

Aquí, en el gobierno “naranja”, la consigna es otra o el pago de “favores” se refleja de diferente manera. O al menos así se advierte en la relación entre el Poder Ejecutivo con sus pares el Legislativo y el Judicial, pues no obstante que la mayoría de los integrantes de estos dos últimos han actuado como fieles súbditos o subordinados del primero -con lo que pierden su calidad moral para reclamar respeto a su autonomía e independencia-, eso no se ve reflejado en pesos y centavos dentro del presupuesto que legisladores y magistrados solicitaron para el próximo año.

Y vaya que si este gobierno de Alfaro Ramírez ha sido bastante “chiqueado” no sólo por la mayoría de la actual Legislatura sino también por la pasada, como el Judicial no sólo bajo la gestión del actual magistrado presidente Daniel Espinosa Licón sino por su antecesor Ricardo Suro Esteves, quien no tuvo empacho en violentar su autonomía e independencia y colocar al poder que representaba en una posición vergonzosa al dar marcha atrás a la presentación de una controversia constitucional por las reformas al Poder Judicial promovidas por el Ejecutivo, con el propósito de no hacer enojar, o acatar sus instrucciones, al inquilino de Casa Jalisco.

Por eso no se entiende cómo el gobernador Alfaro Ramírez ha decidido castigar a quienes han actuado como su “Oficialía de Partes”, negándoles los recursos que le solicitaron para hacer frente a sus necesidades para el próximo año. Pero no sorprende, porque esa es la manera como el Ejecutivo logra que sus similares -en teoría, claro-, Legislativo y Judicial, sigan “comiendo de su mano”. O sea que el año próximo pueden recibir una ampliación del presupuesto hoy solicitado, de acuerdo a como sea su comportamiento o en función de los “favores” que dócilmente le hagan desde sus respectivos recintos.

Así, de acuerdo a las cuentas publicadas por el Diario NTR Guadalajara en base al Presupuesto de Egresos presentado al Congreso, los diputados solicitaron un presupuesto de 946.9 millones de pesos, pero el Ejecutivo les asignó 856.1 millones de pesos; o sea, les presupuesta 90 millones de pesos menos.

En el caso del Poder Judicial, solicitó un total de 2 mil 871.5 millones de pesos, pero el gobernador sólo decidió entregarles 1 mil 212.9 millones de pesos; esto es, les redujo 1 mil 658.6 millones de pesos a la solicitud original.

Y es que en este caso, el Consejo de la Judicatura solicitó 1 mil 859.3 millones de pesos y sólo le presupuestaron 1 mil 540 millones de pesos; o sea 319.3 millones de pesos menos. El Supremo Tribunal de Justicia pidió 898.6 millones de pesos, pero ahí el “bajón” fue fuerte, pues sólo le presupuestaron 559.3 millones de pesos; esto es, 339.3 millones de pesos menos. Y, finalmente, el Instituto de Justicia Administrativa pidió 113. 6 millones de pesos, y esa es la cantidad aprobada por el Ejecutivo.

Como podrá advertirse, el Ejecutivo no demuestra su “agradecimiento” al Legislativo y Judicial con “cash” ni aplica aquello que jocosamente dice que “amor que no se ve en el presupuesto, no es amor”. Quizás porque lo que el Mandatario estatal ya comprobó que sí funciona, es el famoso juego de la “zanahoria”.

Y si no, al tiempo….