¿Hasta dónde está dispuesto a llegar esta vez el gobernador Enrique Alfaro Ramírez con su guerra declarada en contra de la Universidad de Guadalajara, y particularmente en contra del jefe político del Grupo Universidad, Raúl Padilla López? ¿Hasta dónde llegará Padilla López para contener la embestida emprendida desde Casa Jalisco en su contra?

Lo que en particular creí que era un pleito “matrimonial” en el que pronto vendría la reconciliación en “los sótanos del poder”, como les gusta, todo indica que este conflicto está encaminado a llegar a un “divorcio” cuyo daño a las partes aún es de pronóstico reservado, pero del que indiscutiblemente una de ellas terminará derrotado. Y en este sentido, cobra vigencia lo dicho por el rector general Ricardo Villanueva Lomelí en la inauguración de la Feria Internacional del LIbro: “Un presidente más, un gobernador más…”. Y lo reiteró ayer en la multitudinaria manifestación en la Plaza de Armas: “Presidentes van, presidentes vienen… gobernadores van, gobernadores vienen…”.

Y sí, esa ha sido la historia de la relación gobierno-UdeG, a la que yo agregaría una precisión a las palabras de Villanueva Lomelí: “Un presidente más, un gobernador más… y Padilla López aún ahí sigue”; “Presidentes van, presidentes vienen… gobernadores van, gobernadores vienen… Y Padilla López se mantiene ahí”. La gran pregunta que propios y extraños se han hecho, con las interpretaciones que se quieran hacer: ¿Cuándo “caerá” Raúl Padilla López? Han sido no pocos los intentos hechos por sus adversarios políticos, pero han fracasado y varios de ellos terminaron rendidos ante él, incluidos gobernadores.

Aliados en las elecciones de 2018 en la contienda por llevar al panista Ricardo Anaya a la presidencia de la República y por lograr que en el segundo intento Alfaro Ramírez ganara la gubernatura -cosa que así sucedió-, nunca nos imaginamos en aquellas fechas que veríamos en este sexenio una multitudinaria manifestación como la registrada ayer en la Plaza de la Liberación -similar a la que se hizo en gobiernos anteriores-, y al rector Villanueva Lomelí diciendo palabras como las que soltó ayer: “Para el habitante de ese Palacio (de Gobierno) que muchas veces ha querido reducir en sus declaraciones a que la universidad es una sola persona. No es señor gobernador, esta universidad es mucho más que su rector, mucho más que cualquier ex rector, pero sin duda- subrayó-, es mucho más que un gobernador que no quiere escuchar…”.

Aliados políticos en el 2018, nadie se imaginó que el rector Ricardo Villanueva, después de haber transcurrido brazo con brazo durante lo más álgido de la pandemia, habría de recriminarle su ingratitud con las palabras que el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, escribió en “El coronel no tiene quién le escriba”: “La ingratitud humana no tiene límites”.

Calificado por Alfaro Ramírez como “mandadero de Padilla” y, entre otros, como “lacayo de Padilla”, Ricardo Villanueva ironizó ayer desde el templete: “El día de hoy quiero ser el mandadero y el mensajero de toda la comunidad que entregó su salud y la de su familia al servicio de todos los jaliscienses; quiero ser el lacayo de esta comunidad que se siente tan lastimada.”. Y luego le dijo directamente: “Sí señor gobernador, soy mensajero de todos los ex rectores y quiero decirle que los universitarios no nos doblamos con ofertas mezquinas -como la que le hizo el diputado Quirino Velázquez de regresarles los 140 millones de pesos si apoyan la consulta sobre el Pacto Fscal- (…). Salimos a las calles para hacerle frente al autoritarismo, a la indiferencia y a la sin razón”.

Ayer Ricardo Villanueva le endilgó al gobernador Alfaro todo lo habido y por haber. Denunció que en el Congreso del Estado “se consumará el capricho, el berrinche y el atropello más grande de un gobernante en Jalisco; un gobernante que confunde autoridad con virilidad, que confunde lo que es potestad con prepotencia, que confunde el poder público con el apetito personal…”.

Si de algo el rector de la UdeG no quitó el dedo del renglón, fue de llamarle ingrato y mal agradecido al titular del Ejecutivo. Dijo: “Esa ingratitud y ese maltrato no afecta a las autoridades universitarias exclusivamente sino a los niños de Jalisco. No hay que arrepentirnos del mal agradecimiento de algunas cuantas personas…”.

Y remató:

“Espero que aquí no acabe ganando la soberbia, que no gane el egocentrismo, que no gane la omnipotencia cada vez más visible, que no gane la virilidad por encima del diálogo y el acuerdo; que no gane el obedecer a ojos cerrados, que no se consuma este acto autoritario”, refiriéndose a la aprobación del Presupuesto de Egresos 2022 sin incrementarle el presupuesto a la Universidad de Guadalajara y otorgándole un porcentaje por debajo, incluso, de la inflación.

¿Qué sigue después de esta magna concentración y hasta dónde subirá de tono el discurso de las autoridades de la Universidad de Guadalajara, ante la firme negativa del gobernador Alfaro Ramírez a darles más recursos? Hasta ahora, ningún gobierno que decidió declararle la guerra a la UdeG y a Padilla López se ha salido con la suya, ¿será esta la primera vez o Enrique Alfaro será, como sus antecesores, un gobernador más, un gobernador que viene y va?

Por lo pronto, hay que destacar que la Universidad de Guadalajara tuvo a su favor los reflectores de los medios de comunicación nacionales e internacionales que cubren las actividades de la Feria Internacional del Libre, medios que atestiguaron la ausencia del gobernador en la ceremonia inaugural, y que, por supuesto, conocían ya de la guerra declarada por Alfaro Ramírez a Padilla López.

Mi pronostico es que esto apenas comienza y que de esta guerra de Alfaro contra Padilla aún nos falta ver lo mejor… ¿o lo peor?

Al tiempo…