Mañana será la segunda ocasión, en poco más de cuatro meses, que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez estará ausente en un evento universitario de primer nivel, cuando el rector general de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, rinda su informe de actividades en el Paraninfo. La ocasión anterior cuando brilló por su ausencia fue en la inauguración de la Feria Internacional del Libro en noviembre pasado. Seguramente ahora, como aquella vez, su representante será el secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza.

Por supuesto que la gran sorpresa sería ver entrar al Paraninfo al gobernador Alfaro. Pero eso no sucederá.

Y no sucederá porque el Mandatario estatal no ceja en su “guerra” declarada al grupo universitario y, particularmente, a su jefe político Raúl Padilla López. Conforme avanza el tiempo, el enfrentamiento desde Casa Jalisco se ensancha y los calificativos negativos que utiliza Alfaro Ramírez cada vez son más intensos y reflejan un estado de ánimo que está lejos de ser de reconciliación… por ahora.

El episodio más reciente de este enfrentamiento se registró apenas a finales de marzo cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó la controversia constitucional interpuesta por la Comisión Estatal de Derechos Humanos respecto a la reasignación de 140 millones de pesos que hizo el gobierno del Estado para la construcción del Hospital Civil en Tonalá y que inicialmente estaban destinados para levantar el Museo de Ciencias Ambientales.

A través de uno de sus acostumbrado videos en redes sociales con los que suele dirigirse a sus gobernados, Alfaro Ramírez, después de festinar la resolución de los ministros, aprovechó para arremeter en contra de la Universidad de Guadalajara, sus funcionarios y Padilla López, muy al estilo López Obrador cuando se lanza contra sus adversarios “neoliberales” y de la “mafia del poder” en las “mañaneras”. El gobernador dijo: “Quienes han manejado la universidad como un negocio, quienes responden a los intereses de Raúl Padilla, consideraban que era más importante hacer un museo…

“Hoy queda claro, con la resolución de la Suprema Corte, que eso era una mentira, que manipularon a la comunidad universitaria (…), diciendo que estaban defendiendo la autonomía de la universidad, cuando en realidad los estaban usando para defender un negocio de quien hoy controla y tiene secuestrada la universidad desde hace años (…). No vamos a darle dinero a a universidad para que Padilla y sus secuaces sigan haciendo negocios a costo del erario público (sic)…”.

Al día siguiente, como si hubiese elegido el lugar a propósito, desde donde aseguran que nació el movimiento naranja alfarista, Tlajomulco de Zúñiga, el rector Villanueva Lomelí aprovechó el informe de la rectora del Centro Universitario de ese lugar, Irma Leticia Leal Moya, para responderle al gobernador sobre lo que declaro un día antes. Dijo:

“He escuchado que nos digan flojos, que no nos gusta trabajar porque estamos aislándonos para cuidarnos… después de lo que hicimos: un millón y medio de vacunas y nos dicen flojos. Nos han dicho vividores, lacayos, mandaderos, y ayer escuché al gobernador decirnos secuaces (…). Como universitario, como jalisciense no me parece ver a un gobernador referirse así a la comunidad que tanto hace por Jalisco.

“Yo espero que nos comuniquemos construyendo escuelas (…), pero comunicarnos con esos videítos que llegan a ser vulgares, yo la verdad lo lamento. Pero lo que más lamento no es eso. Que me digan a mí mensajero, lacayo, siendo rector general de la Universidad, ¡pueden decir lo que quieran! Esto es un sueño de vida, que lo que me digan no me va a amargar ni un minuto de mi rectorado. Yo sí estoy disfrutando cada segundo de mi rectorado, y espero que el gobernador empiece a disfrutar cada segundo de su gubernatura (…). Pero la mejor manera de disfrutar es conciliando, es entendiendo que el estado no es tuyo, es entendiendo que Jalisco es de todos (…), que todos debemos ser escuchados y que todos debemos ser atendidos…”.

Este es el episodio más reciente del enfrentamiento del gobernador Alfaro con los universitarios, apenas hace una semana, y no podemos decir que es el último; por el contrario, creo que conforme pase el tiempo se irá intensificando y subiendo de “color”, sin saber hasta dónde puede llegar ni sus consecuencias.

En aquella inauguración de la FIL, tanto el rector Villanueva Lomelí como Padilla López aprovecharon el foro internacional y la calidad de sus invitados para denunciar el ataque del que eran objeto por parte del gobernador del Estado. Mañana, seguramente, el rector Ricardo Villanueva no dejará pasar el momento para dejar en claro la posición de la Universidad de Guadalajara ante los ataques de Casa Jalisco.

Eso sí, no esperemos que lo haga con el tono y el lenguaje tan común en las “mañaneras” y en los “video regaños”. Hasta el momento, Villanueva Lomelí ha sabido ser fino y elegante al responderle al Ejecutivo, y utilizar un lenguaje que quizás no diga mucho en la forma, pero sí en el fondo.

Al tiempo…