Cuando se creía que el diferendo inicial entre el gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara por los 140 millones de pesos no pasaría de ser un pleito más “de casados” quedando en simples “dimes y diretes”, resulta que ya comenzaron a “aventarse los platos” y uno de los “cónyuges” llegó al extremo de sacar una pistola para amenazar a su “pareja”, porque hasta donde se sabe aún no han llegado al “divorcio”.

El desalojo que elementos de la Fiscalía del Estado realizaron la madrugada de ayer de quienes estaban apostados en lo que es el parque Huentitán o terrenos de Iconia, entre los que había vecinos y jóvenes estudiantes de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la Universidad de Guadalajara, encabezados por su presidente Javier Armenta, vecino del lugar, parece que fue la “gota que derramó el vaso” y ahora sí no se advierte un pronto arreglo; por el contrario, la escalada de acciones entre los protagonistas podría subir de nivel.

Y es que si bien en Casa Jalisco vieron con tranquilidad y hasta con desdén aquella rueda de prensa que llevó a cabo el rector general Ricardo Villanueva Lomelí -acompañado de sus colaboradores y rectores de los centros universitarios, así como directivos del OPD Hospital Civil y de los Hospitales Civiles-, en la que anunció que enviarían al gobernador Enrique Alfaro Ramírez 140 mil cartas exigiéndole que respetara la autonomía universitaria y no reasignara los 140 millones de pesos ya destinados al Museo de Ciencias Ambientales para invertirlos en el Hospital Civil del Sur, lo que no gustó nada fue el video que anteayer el dirigente universitario Armenta subió a sus redes sociales en reclamo de ese monto millonario.

En ese video, Javier Armenta lo acusa de endeudar al estado, de no destinarle ni un peso de la macrodeuda al Hospital Civil del Sur, de tener aún de esa deuda 300 millones de pesos sin presupuestar y le pregunta si ese dinero es para sus “proyectos” (entre comillas), para sus “cuates” o para sus empresas consentidas de comunicación. Y luego le aconseja de dónde sí puede tomar dinero para el nosocomio: de las “alcancias rateras” -les llamó- que se quedan con los 50 centavos en el transporte público, o del programa de Verificación o de las fotomultas que han servido para apoyar a sus transportistas favoritos. y luego cierra el video con un reproche: “cuando hastas mal, no hay dinero que te alcance”.

Este video no gustó en Casa Jalisco y se dio muestra de ello la madrugada de ayer con el desalojo, a punta de pistola, de quienes acampaban en el parque.

Ayer, en el seno del Consejo General Universitario se aprobaron una serie de acciones para reclamar que esos 140 millones de pesos no sean reasignados, pero también se abordó el tema de Iconia y hasta Javier Armenta se llevó varios minutos de aplausos por su lucha y resistencia. O sea, el motivo del pleito ya no es sólo la millonaria reasignación sino aquello que el rector Villanueva declaró: “lo que le hacen a uno, nos lo hacen a todos”.

¿Ahora sí una “declaración de guerra” abierta en contra del gobierno del Estado y de su titular, Enrique Alfaro? ¿Todo se quedará en estas manifestaciones verbales, en desplegados en los medios de comunicación, en cartas a Casa Jalisco? ¿O estamos viendo el preámbulo de una magna movilización universitaria que, no obstante la pandemia que ha sido la causa de que no hayan salido a la calle, podrían organizar con el argumento de que aplicarán todas las medidas sanitarias obligadas, exceptuando, por supuesto, la sana distancia?

Y si hay manifestación, ¿qué sigue? ¿Hasta donde Enrique Alfaro y Raúl Padilla López seguirán “estirando la liga”? Si mal no recuerdo, el último gran desencuentro entre la UdeG y el gobierno del Estado fue en tiempos del extinto gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, cuando hubo paro de labores. Con Emilio Gonz´ález hubo manifestaciones, pero no pasó de ahí y el resto de la historia ya sabemos cómo concluyó.

Hoy, después del pleito de palabras, de “aventarse los platos” y hasta de sacar la pistola -varias a decir de los universitarios desalojados-, ¿qué sigue? Por supuesto que no esperamos que lleguen a una reconciliación pronto; por el contrario, las acciones y las palabras suben de tono y ninguna de las partes parece estar dispuesta a ceder.

En principio, parece que el gobernador Alfaro Ramírez cuenta, en este pleito, con el apoyo del gobierno federal, del presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero, ¿y si lo deja “encampanado”? ¿Y si esa fue la estrategia en Palacio Nacional para dividir a los viejos aliados que osaron enfrentársele en la elección presidencial del 2018? Este escenario no puede descartarse. ¿O qué le ofreció el presidente al gobernador como para que éste decidiera otra vez -remember Tlajomulco- con Padilla López de manera tan abrupta?

Habrá que estar muy atentos, porque, como dicen los jóvenes, “hay tiro”, y no será un “tirititito” como lo dice “El Perro” Bermudez. El pleito está “cantado” y va en serio. Y es que si primero discutieron en público, luego se “aventaron los platos” y ahora salieron a relucir armas, ¿qué sigue?

¿O todo será un simple montaje? Al tiempo….