Julio César Hernández
Si bien la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso del Estado ha pagado un alto costo político por el “golpeteo” del que ha sido objeto el secretario general, Carlos Corona Martín del Campo, la decisión es que independientemente del resultado del informe que rinde a la Comisión de Administración, de manera informal porque “extrañamente” no se cubrió el quórum, no dejará el cargo.
Son varias las razones por las que el PRI no está dispuesto a sufrir su primera gran derrota en el Congreso, no obstante que no son pocos los diputados de este partido que están inconformes con la actuación de Corona. Pero existen otros motivos más poderosos que han llevado a la dirigente nacional, Beatriz Paredes Rangel, a mantenerlo en su cargo, aunque una y mil veces aseguren que ella no mete las manos para nada. ¡Ajá!
Entre otras, una de las razones es que si Carlos Corona deja la secretaría general su lugar no sería ocupado por Francisco Morales Aceves o algún otro priista, sino por quien la maestra Elba Esther Gordillo, la verdadera mandamás detrás del Partido Nueva Alianza, designe. Y por supuesto que el PRI no está dispuesto a entregarle este espacio.
Dicen que en este entendido estaban cuando se “negoció” la secretaría general que peleó con mucho ahínco el aliancista Enrique Trejo, ex candidato a diputado por el distrito 12 y actualmente Director de Administración en el propio Congreso, razón por la que el PRI sostendrá en su cargo a Corona Martín del Campo.
Así, pues, aunque quizás Corona archive de manera muy especial en el cajón de su escritorio la carta que le envió su correligionario Eduardo Almaguer Ramírez, regidor y dirigente del PRI en Guadalajara, éste se quedará con las ganas de verlo fuera… y la maestra Gordillo, también.