Julio César Hernández
Ahora resulta que es criticable que los gobernantes cumplan sus promesas o compromisos de campaña.
Y es que tras haber rechazado la implementación de la Línea 2 del Macrobús, los detractores de Aristóteles Sandoval, Héctor Vielma y Miguel Castro los acusan de haber asumido una postura política y no técnica -¡pues los señores son políticos, no técnicos!-, presionados por su promesa de campaña de apostarle a una nueva Línea del Tren Ligero y rechazar de antemano el Macrobús.
Hasta ahora, la opinión más sensata de un opositor de los alcaldes es el del diputado José María Martínez Martínez, quien en 14 palabras sintetizó lo que los críticos no han entendido o no quieren entender. El panista dijo:
“La posición de los alcaldes es respetable,porque están al frente de una Administración”.
Exactamente. Sandoval, Vielma y Castro, junto con Antonio Mateos Nuño, de Tonalá, prometieron en campaña impulsar una nueva Línea del Tren Ligero. Hoy que están en el poder, al frente de la Administración Municipal, lo menos que pueden hacer -y lo menos que podemos exigirles- es cumplir con su compromiso.
Que yo recuerde, nunca señalaron que dicho proyecto estaría antes de concluir 2012. Se comprometieron a que durante su administración se haria realidad este proyecto, entonces démosles tiempo para que lo cumplan, independientemente de que enfrente les coloquen los millones de pesos que quieran para realizar un proyecto diferente.
Y no hay duda de que la mayoría de la ciudadanía votó a su favor por este compromiso asumido del Tren Ligero -además de que los gobiernos panistas ya la había hartado-, de ahí que no tienen otra salida que cumplir lo prometido.
Además, a diferencia del Macrobús, nadie -o casi nadie- tiene dudas que la mejor solución al problema del transporte público es el Tren Ligero. Y para muestra ahí están las dos líneas en funcionamiento, de las que nadie se ha quejado. 
¡Ah! ¿Que de dónde van a sacar los recursos necesarios para hacer la Línea 3? ¡Ese es su problema! Ellos están obligados a cumplir este compromiso durante su gestión. De no hacerlo, entonces no sólo ellos pagarán las consecuencias, sino también su partido, el PRI, que buscará recuperar la gubernatura y la Presidencia de la República en el 2012.
Y para ello, Jalisco es una entidad clave. Allá ellos si quieren “cavar” su propia “tumba política”.