De manera anónima, en las casas de varias colonias de Guadalajara se han repartido volantes en los que se presumen los logros del “Gobierno” -no especifican el nivel- y, al mismo tiempo, se promueve la ratificación de mandato, se invita a participar en ella y hasta se especifica el lugar donde se colocará el centro de votación.
En el volante (cuya imagen acompaña este texto), se lee:
“En Guadalajara decimos Si! a la ratificación! Antes el gobierno no trabajaba, no escuchaba a los ciudadanos y no les importaba el futuro de la ciudad (¿o sea que seguimos viviendo en el siglo pasado o antepasado?). Hoy podemos apreciar calles pavimentadas e iluminadas (los autores del volante no han transitado por la calle José G. Zuno, por ejemplo), el acceso a parques y unidades es gratuito (no advierten que en algunos hasta asesinan impunemente a plena luz del día, como en Los Colomos y en la unidad de la colonia Monumental); también se ha beneficiado a mujeres emprendedoras (aunque carezcan de los principales servicios en su colonia) y jóvenes estudiantes (víctimas de la delincuencia o de la prepotencia policiaca).
“La ciudad está mejorando, por eso te invitamos a decir #SíALaRatificación. Domingo 27 de Agosto de las 08:00 a las 16:00 hrs. Centro de Votación Belisario Domínguez #3711 Col. San Miguel de Huentitán”. Y se anexa la imagen o croquis de Google Maps donde se ubicará la mesa receptora.
¿Quién -o quiénes- es el promotor “gratuito” de esta propaganda en favor del Enrique Alfaro Ramírez si el mencionado volante no está firmado por nadie? Ni el Consejo Municipal de Participación Ciudadana que encabeza Margarita Sierra ni el Partido Movimiento Ciudadano que coordina Guillermo Medrano ni el propio Ayuntamiento de Guadalajara aparecen como autores del volante.
Es cierto que quizás no sea muy costosa la impresión y reproducción de estos volantes, pero si se reparten en todas las colonias de la ciudad entonces podríamos creer que el monto no es menor y que existe por ahí algún “bienechor” simpatizante del alfarismo que se ha dado a la tarea de promover un ejercicio amañado e ilegal porque viola el Código Electoral y de Participación Social.
No hay duda, pues, que hasta suerte tienen algunos para evitar gastos “innecesarios” en la promoción de una consulta donde el organizador es juez y parte.