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Luego de que Jesús Pablo Lemus Navarro entendió que su “popularidad” en las encuestas -algunas promovidas por él- y que meter presión a través de las redes sociales y de algunas “plumas” en varios diarios y portales -insistiendo en “vender” la “piña” de que sólo con él Movimiento Ciudadano ganaría la gubernatura en el 2024-, nunca “doblarían” al gobernador del Estado, no le faltó razón a Enrique Alfaro Ramírez para asegurar ayer que “yo lo que veo en Jalisco es absoluta unidad”.

Es más, mientras en noviembre y diciembre Lemus Navarro presumía que sólo sus “chicharrones tronaban”, cuando minimizaba y hasta menospreciaba a los demás aspirantes a la candidatura al gobierno, e incluso al propio partido, ahora el munícipe de Guadalajara no sólo se presenta como el mayor convocante a la unidad sino que hasta se “claudianizó” al replicar como suyo el discurso de Alfaro Ramírez de trabajar unidos, de defender el proyecto, de ir en grupo, tal y como como Claudia Sheinbaum lo hace con el discurso de López Obrador.

Ahora hasta Jesús Pablo declaró que “no hablo de mi candidatura, hablo de un proyecto colectivo, en equipo, donde todas y todos estemos en un lugar donde más aportemos, donde mejor podamos a este proyecto colectivo. Lo que yo voy a hacer es estar donde más le pueda sumar a este proyecto. No me veo en ningún otro lado, me veo en Movimiento Ciudadano”.

Qué tiempos aquellos cuando no sólo se veía candidato de MC a la gubernatura sino ya actuaba como gobernador; cuando veía “chiquitos” a los demás aspirantes y aseguraba que ellos sólo garantizaban la derrota; cuando veía como enemigos a sus adversarios del partido y los injuriaba con adjetivos descalificativos.

Con ese repentino cambio de actitud y de discurso, nada convincente por parte del ex presidente de la Coparmex, ahora el gobernador hasta le echa “porras” en actos públicos, destaca las diferencias que hay entre ellos en su forma de ser y de hacer política -“él sonriendo y to con cara de enojado”-, y lo reconoce como un factor importante de MC. Sin embargo, procura siempre traerlo a su lado -“al enemigo hay que tenerlo cerca”-, al grado, incluso, de comprometerlo a no dejar nada “a medias” y de que cumplirá su compromiso de concluir su mandato para el que fue electo, como él lo ha declarado ya que hará como gobernador, al declinar buscar ser candidato presidencial.

No ha de ser ya difícil para el gobernador tratar de “vender” esa imagen de que al interior de Movimiento Ciudadano todo es “miel sobre hojuelas”, pero creo que se arriesga al asegurar que “no hay división alguna”, no obstante que diga que todos los aspirantes a la candidatura para sucederlo o para algunos ayuntamientos, “son parte fundamental de este colectivo” y que no hay “nadie con más méritos que nadie”.

Pero en este tenor, al hablar ante los medios de comunicación ayer, la nota la dio cuando anunció que el candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura será de “unidad”, como en su momento lo propuso el senador Clemente Castañeda Hoeflich y lo hizo público en aquella entrevista que concedió a la revista Opinión Política en febrero pasado, en la que dijo:

“Me atrevería apostarle a algo que no he dicho públicamente: Yo le apuesto a que Movimiento Ciudadano no tenga ni siquiera un proceso interno de selección de candidata o candidato a la gubernatura. Que privilegiemos el acuerdo político, el consenso. Y que la construcción de acuerdos para enfrentar el 2024, sería el más alentador síntoma de madurez política de todas y todos los actores. Si logramos eso, habremos dado un gran paso; y si no, pues que venga la contienda interna”.

Ayer, Alfaro Ramírez declaró:

“El candidato o candidata (a la gubernatura) va a salir de un acuerdo entre nosotros. Vamos a ir con la mujer o con el hombre que tenga mejores condiciones para competir en el 24. Así lo hicimos en el 21, así lo hicimos en el 18, y así lo hemos hecho siempre”.

Pero se “curó en salud” al decir: “Habrá quien no esté de acuerdo, pero es muy difícil generar unanimidades en la política, pero en principio todos somos importantes, nadie es indispensable. No hay división, no hay una decisión tomada -aseguró-. Vamos a construir esa decisión entre todos; será en función a lo que más le convenga al proyecto político que hemos construido, y lo que más le convenga al estado…”.

Previamente había dicho que “se ha querido construir un falso distanciamiento entre algunas alternativas que tenemos, (pero) no hay candidato de Dante y de Alfaro, de nadie…”. Valga señalar, sin embargo, que la versión de que Lemus era el candidato de Dante, se “filtró” de Palacio Municipal de Guadalajara y fue replicada por quienes tenían esa encomienda o se la creyeron. Y sobre la idea de que existen candidatos “de Alfaro”, valga decir que de manera natural se menciona de aquellos y aquellas que han trabajado cercanos a él y le han sido leales a lo largo de los años. Así de simple.