Las últimas 48 horas no han sido las mejores del gobernador Enrique Alfaro Ramírez desde que comenzó la emergencia sanitaria por el coronavirus, aunque ya sabemos que el pasado jueves 23 fue el peor para él, según confesó en aquel célebre texto donde nos confesó que no le dieron ganas de comer y fue enterado que ese día se registraron cuatro muertes por el Covid-19.

Y es que el escenario del que fuimos testigos no fue para menos. Hagamos cuentas:

  1. Vecinos de la colonia Miramar realizaron una manifestación en contra de que el estacionamiento del Instituto de Cancerología en construcción sea utilizado como morgue al llevar ahí a los fallecidos por el cornonavirus.
  2. En Puente Grande el número de contagiados de coronavirus creció de manera alarmante para llegar a 40.
  3. El cineasta Guillermo del Toro le reprochó a través de su cuenta de Twitter -con casi dos millones de seguidores en el mundo-, la brutalidad y falta de humanismo con que policías municipales detuvieron a una persona que no utilizaba cubrebocas, en una de las calles del municipio de Tala.
  4. En la populosa colonia Constitución, a plena luz del día y a las afueras del Centro Cultural que tanto presume el alcalde Jesús Pablo Lemus Navarro, un grupo de hombres portando armas de grueso calibre hicieron entrega de despensas a una larga fila de vecinos, con toda calma y sin que ni la policía municipal ni la del Estado y ni la Guardia Nacional los molestaran.
  5. Comerciantes se manifiestan a las afueras de Casa Jalisco exigiendo se les permita trabajar en sus negocios -cerrados por la emergencia-, ante la carencia de ingresos para sostener a sus familias.
  6. Se confirman 220 casos de dengue en el estado.
  7. Y ayer fue el segundo día con más muertes por coronavirus: tres, uno menos que el día en que al gobernador le dieron ganas de llorar.

Muchas cosas para tan corto lapso de tiempo. Y prácticamente todos estos sucesos, salvo el referente a los casos de dengue, tienen que ver con el coronavirus directa o indirectamente, con la posibilidad de que al paso de los días la emergencia pueda agravarse ante las señales enviadas por el gobierno como el abrir una gran cantidad de fosas en el panteón de Mezquitán exclusivamente para muertos por el virus o destinar el amplio estacionamiento del nuevo Hospital de Cancerología como morgue. A menos que estas acciones sean una exageración o que se achaquen a otras causas, y no al Covid-19, muchas de las muertes registradas.

La manifestación de comerciantes afuera de Casa Jalisco puede ser un detonante ante la desesperación de la gente por no tener ingresos como muchos otros jaliscienses más que han perdido sus empleos y que no son beneficiarios de los programas implementados por el gobierno del Estado o los que aplica el gobierno lópezobradorista.

Y qué decir de los contagios que se incrementan en el penal de Puente Grande donde se asegura que no se conoce cómo es que se registró el primero, y se ignora cómo se está atendiendo la emergencia ahí adentro ante la falta de mayor información.

Otro tema nada agradable y que como el regaño de Guillermo del Toro se diundió más allá de las fronteras jaliscienses fue la entrega de despensas por personas armadas e integrantes de un presunto grupo del crimen organizado en las calles de Zapopan, donde ayer nuevamente los vecinos formaron una larga fila en espera de la despensa que finalmente no llegó -al momento de escribir estas líneas-, porque ahora sí hicieron acto de presencia elementos de seguridad pública.

Así, pues, el panorama para los próximos días no se ve muy halagador, a menos de que haya una reacción pronta y efectiva de las autoridades estatales y municipales para desactivar muchas de las luces amarillas que hoy se encuentran encendidas.

Al tiempo…