Llegar al extremo de la detención por 36 horas de todas aquellas personas que anden en las calles sin razón justificada y sin portar cubrebocas como una medida para evitar los contagios de coronavirus, en la competencia que sostiene con el Gobierno Federal por salir mejor librado que él en esta emergencia sanitaria, le comienza a costar caro al gobernador Enrique Alfaro Ramírez.

Ayer el cineasta Guillermo del Toro se encargó de ventilar entre el millón 970 mil 923 seguidores que tiene en Twitter por todo el mundo, el abuso con que elementos de la policía pretenden acatar lo que establece el Acuerdo que el Mandatario estatal publicó el pasado domingo en el periódico oficial El Estado de Jalisco en contra de quienes no respeten sus disposiciones.

Incluyendo el video en el que se observa cómo dos uniformados del municipio de Tala detienen con lujo de la fuerza a una persona por no traer cubrebocas para llevárselo detenido, y quien se defiende preguntándoles por qué se lo quieren llevar si sólo salió a comprar comida, el ganador del Oscar escribió en sus redes sociales dos textos reprochándole a Enrique Alfaro la abusiva acción de los uniformados.

En el primer tuit señaló: “@EnriqueAlfaroR A lo mejor yo no entiendo las cosas -pero este es un momento que requiere humanidad y criterio, y no esto…”, refiriéndose a como los uniformados detenían a la fuerza al ciudadano.

Y en el segundo escribió: “Definición de brutalidad: Acción desmedida e irracional -sin humanidad-. Este es un ciudadano en medio de una pandemia. No un criminal”.

Al responderle al cineasta, Alfaro Ramírez se defendió asegurando que esos no eran elementos del Estado sino de Tala, y aseguró que ya había hablado con el alcalde para aclarar los hechos, pero advirtió que “las reglas que definimos son para cumplirse”, aunque aclaró que “eso no significa que toleraremos abusos de ninguna autoridad”.

Del 20 al 27 de este mes fueron arrestadas en la zona metropolitana de Guadalajara y obligadas a cumplir un encierro de 36 horas, 165 personas por no respetar las medidas obigatorias impuestas por Alfaro Ramírez.

Al mismo tiempo, se dio conocer que el ciudadano Armando Romero Haro obtuvo una suspensión provisional otorgada por el Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Administrativa, Civil y de Trabajo de Jalisco en contra de las medidas aplicadas por el Ejecutivo estatal, con lo que se le garantiza su libertad de trabajo, libre tránsito, deporte y reunión, siempre y cuando acate las medidas de sana distancia y uso de cubrebocas, publicó ayer El Diario NTR Guadalajara.

El argumento legal del Juez para otorgarle el amparo a Romero Haro- explica la nota informativa-, es que un Acuerdo estatal nunca estará encima por un Decreto Federal, que en este caso no impone un aislamiento obligatorio -como en Jalisco- sino una “limitación voluntaria de movilidad”; o sea, que pase el mayor tiempo posible en casa o en un sitio distinto al espacio público.

A su vez, el periódico Mural publicó ayer que en los juzgados federales de guardia se han tramitado 21 solicitudes de amparo en contra de las medidas dictadas por Alfaro Ramírez.

Son varios los especialistas en Derecho que han advertido de la inconstitucionalidad de las medidas aplicadas por el gobernador Alfaro Ramírez, particularmente en lo que se refiere a la libertad de tránsito, sin que sea un llamado a no quedarse en casa ni utilizar cubrebocas. Simplemente advierten y ponen sobre la mesa que las acciones impuestas rebasan las facultades del Ejecutivo estatal.

Sin bien Alfaro se ufana de que en Jalisco no se han registrados tantas muertes como en otros estados por el conornavirus, eso no significa que se justifique la violación a la Carta Magna y que se le restrinja a la ciudadanía su libertad de libre tránsito, pues finalmente debe de apelarse a su conciencia ante el llamado a un aislamiento voluntario.

No sé si las 21 solicitudes de amparo contra las medidas impuestas en Jalisco sean muchas o pocas, pero si bien pueden no tener el propósito de quienes las promovieron de salir irresponsablemente a la calle y andar sin cubrebocas -so pena de que les llamen “pendejos”-, de otorgarse servirán para dejar asentado que el gobernante no puede recurrir al autoritarismo y permitir que las corporaciones policiacas abusen del ciudadano común cuando, por otro lado, rehuyen enfrentarse y detener a los verdaderos delincuentes.