Escuchar de un dirigente sindical que este primero de mayo, Día del Trabajo, no hay nada qué festejar, es preocupante porque refleja el difícil momento por el que atraviesa la clase trabajadora en México y Jalisco frente a los estragos provocados por la pandemia del coronavirus.

Juan Huerta Peres, secretario general sustituto de la CTM en Jalisco, en una entrevista con Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, ofreció un sombrío panorama laboral en el que se pone también a prueba el liderazgo de quienes encabezan las centrales obreras en el país y el estado.

Es cierto, en estos tiempos del Coronavirus los sectores obrero-patronal, junto con el gobierno del Estado, han manifestado una vez más la unidad necesaria para hacer frente a momentos tan complicados como el que estos sectores enfrentan hoy, particularmente para mantener la planta laboral.

El dirigente de la CTM reconoce que “no hay nada que festejar”, pero que es su obligación ser solidarios con los trabajadores que han perdido sus empleos y hoy se encuentran sin dinero para el sostenimiento de sus familias. Y el panorama venidero, por el momento, no es halagador.

“Las condiciones han empeorado, las empresas no tienen dinero para pagar sueldos, hay más despidos, existen 170 mil gentes en el subempleo con cero ingresos, y es probable que ha principios de mayo cerrará entre el 30 y 35% de la planta productiva del estado”, pues sus ingresos apenas llegan al 15 ó 20%, han dejado de pagar al IMSS o al Infonavit para cubrir sueldos. “Es un panorama no muy claro”, dijo Juan Huerta.

Y en Jalisco, como en otras partes del país, el reclamo es el mismo: “El problema es la cerrazón del gobierno federal a entrarle con recursos porque los del estado no alcanzan; y mientras el gobierno federal no aporte, va a ser imposible que salgamos de esta crisis económica”, se lamentó.

Si, hoy la mayoría de la clase trabajadora del estado no tiene nada qué festejar porque lo primero que no tiene es un trabajo con qué obtener los ingresos mínimos para sostener a su familia y porque no sólo hoy, Día del Trabajo, sino a partir de que sus centros laborales comenzaron a prescindir de ellos o cerrar temporal o definitivamente, comenzó su calvario para sobrevivir sin esperanzas de una pronta recuperación.

Tiene mucha razón Juan Huerta: No hay nada que festejar hoy, primero de mayo.