¿De cuántas mentiras más de los diputados no nos hemos enterado o cuántos acuerdos más han concretado nuestros legisladores a escondidas, en lo oscurito, allá en los sótanos del Palacio Legislativo, como lo hicieron con el aumento salarial que se otorgaron desde el primero de julio?
Y valga subrayar que aquí incluimos a todos, tanto a los priistas como panistas, tan acostumbrados a las concertacesiones, como las nuevas promesas de la política integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Movimiento Ciudadano, con todo y Augusto Valencia López -quien en el caso del incremento salarial guardó silencio en sus redes sociales-, y el joven político Pedro Kumamoto Aguilar, quien sigue justificando los casi 10 mil pesos que recibe de más cada mes.
En este tenor, hay que preguntarnos si no han incrementado la plantilla de trabajadores y mantienen el mismo personal que heredaron de la pasada Legislatura, con los naturales movimientos o inclusiones del personal de confianza de cada diputado.
Hay que indagar muy bien si realmente desaparecieron los apoyos adicionales como aquellos de las casas de enlace, que sin embargo aún siguen despertando sospechas sobre si los reciben o no con otro concepto. Es cólo cosa de corroborar detenidamente.
Y es que aún no entendemos que no obstante el Pacto de Austeridad que firmaron al inicio de la actual Legislatura, los diputados decidieron aumentarse ese sueldo en lugar de reducir el tabulador para cumplir con su palabra y compromiso de no incrementarse el salario durante los tres años de su gestión.
O tan fácil que hubiese sido dejar el sueldo como lo estaban recibiendo, sin aumentarse el sueldo o bajar el tabulador. Total, de esta manera estaban siendo congruentes con su promesa.
Tampoco es para celebrarse el hecho de que una y otra vez el joven político Kumamoto nos recuerde que el dona el 70 por ciento de su salario para proyectos ciudadanos, pues como ya lo dije alguna vez, él cobra lo mismo que el resto de sus compañeros, él le cuesta al erario público lo mismo que los otros 38 diputados, con todo y el incremento salarial.
Y es que recibiendo en mano los 70 mil pesos mensuales, poco nos importa en qué se lo gastan. Si el joven político decide regalar el 70% de su salario para los proyectos que se le de la gana y se los maneja la asociación que quiera, ¿en qué nos beneficia al resto de nosotros? El muchacho sigue cobrando lo mismo que los demás.
Si algún otro diputado decide entregar el 70% de su sueldo en limosnas, ¿en qué nos beneficia a nosotros?
Vamos, que no sean tan demagogos… y no hagan cosas en lo oscurito y en los sótanos del Palacio Legislativo.