Por Julio César Hernández

La Comisión de Justicia Partidaria del PRI le dio un severo revés al “priista”-panista Oscar Cerrillo Cruz, al rechazar su denuncia en contra del dirigente del partido en Guadalajara, Eduardo Almaguer, sobre el apoyo que dio en 1998 al entonces candidato del PRD a la alcaldía tapatía, Samuel Romero Valle.

El presidente de la Comisión, Antonio Rocha Santos, reveló la decisión: La Comisión sesionó el viernes pasado y acordó desechar la denuncia que presentó el señor Oscar Cerrillo, en virtud de que no está legitimado para presentar ese tipo de denuncias, pues hay que cumplir con ciertos requisito que él no cumplió”.

Y el primer requisito incumplido es que el denunciante ¡debe ser priista!

Y, por supuesto, Cerrillo Cruz ya no es priista, pues la Comisión de Justicia le suspendió sus derechos partidistas –al igual que a todas las demás personas denunciadas- por aparecer en el padrón de militantes del PAN. Pero no sólo eso, sino que el propio Oscar Cerrillo solicitó el 29 de agosto pasado licencia para que le fueran suspendidos sus derechos como militante, en tanto concluye el ejercicio de análisis e investigación de su caso.

Cabe recordar que en su carta enviada a este espacio y publicada la semana pasada, Cerrillo Cruz aseguró que la denuncia que presentó en contra de Almaguer no era una vendetta y que él “soy, he sido y seré un orgulloso militante priista”. Y asegura que “siempre me he desempeñado con ética y honestidad profesional en los trabajos encomendados por mi partido (se refiere al PRI)”.

Pero en esto la Comisión de Justicia Partidaria también piensa diferente, pues tanto a Cerrillo Cruz como al resto de los señalados como “priistas”-panistas ya se les notificó –hace alrededor de diez días- que pesa sobre de ellos un proceso de expulsión en su contra.

Ahora la “pelota” está en su cancha, pues ellos tienen un plazo de 15 días, a partir de que fueron notificados, para que aporten pruebas en su defensa si es que quieren seguir siendo militantes del PRI.