Lo revelado ayer sobre el encuentro entre el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y los 39 diputados locales, refleja perfectamente que las prioridades del Congreso del Estado no es cumplir con su obligación de elaborar o reformas las leyes que Jalisco necesita para su desarrollo y progreso.
No. Lo que a los diputados les urge son dos cosas: uno, que el Ejecutivo salga al rescate financiero del Legislativo; dos, seguir sumergidos en la vitrina mediática de pedir se castigue a los responsables del problema financiero, pero sin aportar prueba alguna que presuma el delito cometido por sus antecesores.
Reitero: lo anterior es en función de lo que se reveló después del encuentro entre Ejecutivo y Legislativo. Quizás abordaron otros temas de mayor trascendencia para ambos poderes que decidieron no revela o, bien, simplemente concluyeron que estos dos temas anteriores son los que les interesa a los medios de comunicación y que, por lo tanto, eso es lo que había que darles.
Pero la verdad es que siendo la primera reunión de los diputados con el Mandatario estatal no pudo haber mejor forma de perder el tiempo y la oportunidad de marcar el camino de una relación entre dos poderes que en los gobiernos panistas fue bastante tortuoso.
Porque suena a risa concluir que los diputados acudieron a Palacio de Gobierno para “estirar la mano” y pedirle auxilio al gobernador para que les resuelva sus problemas económicos e ir a quejarse y pedirle que sea él quien castigue a quienes ellos creen que fueron los responsables de crear estos problemas financieros, pero sin presentar prueba alguna en contra de nadie en particular.
Sin embargo, eso fue cierto, a decir de los propios diputados y del secretario general de gobierno, Arturo Zamora Jiménez.
Sí, podrán decir que, bueno, era la primera reunión entre los dos poderes y prácticamente era un encuentro de cortesía. Pero, la verdad, precisamente por ser la primera reunión es que debió de servir para marcar los derroteros que seguirán ambos poderes para trabajar por Jalisco; era la oportunidad para que los legisladores le hicieran saber al Gobernador cuáles eran sus prioridades legislativas, y no económicas, para trabajar en conjunto; era la oportunidad para entregarle al titular del Ejecutivo cuál es la agenda del Legislativo “para lo que se ofreciera”.
Pero no. Lo que le dejaron, seguramente, fue una larga lista de acreedores a los que hay que cubrirles la deuda, y seguramente ahí, en esa lista, estaba el nombre de los 39 diputados.
En fin.