A Ismael del Toro Castro se le critica la poca exposición mediática que tiene y se concluye que es un presidente municipal que no existe; otros cuestionan su falta de mayor presencia en calles y colonias de Guadalajara; algunos más lo acusan de no estar al pendiente de los principales problemas de la ciudad y de encabezar un gobierno gris; en tanto varios más alegan que por servir de operador político del gobernador no atiende su responsabilidad.

Sin embargo, ninguna de las anteriores expresiones son reflejo del sentir de los tapatíos sino principalmente de sus adversarios o detractores políticos, quienes advierten en el ex munícipe de Tlajomulco el candidato natural del partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura en 2024 con todo el respaldo de Enrique Alfaro Ramírez.

Contra las expresiones del primer párrafo, el escenario social y político de Del Toro Castro es otro y se destaca en dos puntos: 1. Ausencia de manifestaciones públicas ciudadanas que reflejen la inconformidad de sus gobernados o reclamo de atención y 2. Ausencia de oposición al interior de su Ayuntamiento. El silencio de los regidores de oposición, por las razones que sean, es sinónimo de que no hay razones para protestar o quejarse. ¿Que los tiene “maiceados”? Posiblemente, pero hay quienes consideran eso una habilidad del gobernante.

Y tan es así, que logró sacar sin oposición ni pataleo alguno de sus contrarios políticos en el otrora Cabildo un millonario crédito al inicio de su administración, para hacer frente a las deudas y compromisos que heredó de su antecesor, el hoy gobernador del Estado.

Nadie puede negar que, efectivamente, Ismael del Toro es un operador político y que en él se respalda el gobernador Alfaro Ramírez para resolver no pocos de los problemas que enfrenta, pero también hay que reconocer que el alcalde tapatío tiene su propia estrategia para ejercer el poder y gobernar de manera tal que la capital no se convulsione, al tiempo de que su actuación le sirva para sumar activos que le permitan estar en una posición favorable en el 2021.

Por eso no soprende su confesión hoy a Notisistema de que su proyecto de gobierno está diseñado para seis años, con lo que tácitamente anunció que buscará reelegirse el próximo año y llegar así a la sucesión gubernamental en la misma posición que lo hicieron sus antecesores Alfaro, Aristóteles Sandoval, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez.

Y la verdad es que no se observa en el horizonte obstáculo alguno para que Ismael no logre su objetivo: volver a ser candidato de MC a la alcaldía tapatía; que logre reelegirse, ya depende de los rivales que tenga enfrente y de las circunstancias -estatales y nacionales- que lo rodeen en el 2024. Pero hoy por hoy, tiene el camino libre para llegar a esa meta.

Y si alguien creía que su obstáculo se llama Jesús Pablo Lemus Navarro, el propio Ismael del Toro, sin llamarlo por su nombre, se encargó de hacerlo a un lado en la misma entrevista radiofónica cuando advirtió: “La reelección nada más se permite una vez, y para gobernar un municipio tienes que ser originario o residente del mismo en los últimos tres años… así de clara está la ley”.

O sea: a buen entendedor, pocas palabras…

Al tiempo…