El secretario general del Congreso, José Manuel Correa Ceseña, reconoce lo que muchos diputados se niegan a reconocer:
“El Congreso ha tenido un crecimiento en muchos aspectos canceroso, fuera de control, que ha dado lugar a abusos…”.
Precisa que no se justifica, por ninguna razón, el crecimiento que en las últimas Legislaturas ha registrado el Congreso, pero aclara que el problema no está en el personal basificado sino en los supernumerarios. “Están satanizados los basificados; sin embargo, son los que trabajan. El problema está con los supernumerarios…”.
Se ha puesto como meta reducir en un 20% la nómina de trabajadores al final de su gestión y dejar las bases para que en el futuro la selección de sel personal sea más atendiendo a perfiles de desempeño.
Su experiencia legislativa tras haber sido en tres ocasiones diputado -la última hace casi 13 años-, le permite hablar con autoridad sobre lo que hoy ocurre en el Poder Legislativo en donde, reconoce, ha faltado poner orden y aplicar la ley. Cuando eso ocurre, advierte, “es muy difícil que haya abusos”.
Y subraya:
“El único problema es que no haya impunidad. El problema no es de leyes, porque las leyes ahí están; no es un problema de castigos severos o no severos, ¡es un problema de impunidad!”.
Por otro lado, en una reciente entrevista, el también ex presidente estatal del PRI acepta que, en términos generales, tiene libertad para trabajar como secretario general del Congreso tras el escándalo en el que se vio involucrado su antecesor, pero acota que, sin embargo, nadie, en ningún cargo, puede trabajar a su libre albedrío.
“Tienes que atender a corrientes, a fuerzas y a muchos factores. Aquí la cuestión está en que te escuchen todos esos factores, todas esas contingencias políticas que ahí están, donde hay 39 diputados de cuatro fracciones parlamentarias, en donde hay una Junta de Coordinación política y en donde, además, los partidos políticos ahí están; el gobernador, de alguna manera, tiene una incidencia en ese organismo”, concluye.