En su colaboración de ayer en el diario El Universal, la diputada Margarita Zavala, sobre la sesión dominical de la Cámara de Diputados en la que no se alcanzaron las dos terceras partes de la votación necesarias para que la reforma eléctrica fuera constitucional, escribió: “Lo que pudimos constatar es que en México sí puede haber Congreso, sí hay oposición y, sobre todo, hay ciudadanía…

“De ninguna manera podemos confiarnos, lo que pasó fue una prueba de que libramos muy bien las embestidas y las presiones de un régimen que cara día vira más hacia la dictadura. La oposición, de la mano de la ciudadanía, le devolvimos la dignidad al Congreso. Nada más, pero nada menos. No será ésta la última prueba que se nos presente. Sin embargo, hoy sabemos que se puede”.

Sin duda la legisladora aún vive la euforia de lo sucedido el domingo y de haberle recetado al presidente Andrés Manuel López Obrador aquello de “¡tengan, para que vean lo que se siente!”. Pero como lo referí en mi entrega de ayer: “una golondrina no hace verano”. La fuerza de la oposición se hizo presente en esta pasada sesión legislativa, pero es a partir de ahora que estará a prueba su solidez y cohesión en el acontecer diario de las grandes decisiones para el país y no solamente en aquellos casos de reformas constitucionales donde se requiere de las dos terceras partes de los votos legislativos.

Ya se anunció que vienen otras dos reformas con estas características: la de la Ley Electoral, en la que se presume una arremetida de tal magnitud en contra del Instituto Nacional Electoral (INE) que se presume buscará su desaparición o sustitución por un órgano “a modo” de la 4T o debilitarlo al grado máximo, lo mismo que con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La otra sería sobre la Guardia Civil que tendría como propósito integrarla a las filas del Ejército Mexicano.

Ambas reformas, sí, pondrán a prueba a esta oposición que, como dice Margarita Zavala, ya sabe que se puede, pero habrá que esperar el contenido, principalmente, de la reforma electoral para saber cuál será la estrategia del bloque opositor que no puede reducirse a un simple grito: ¡No pasarán las reformas de López Obrador!”.

Pero, además, la estrategia a seguir dependerá de otro factor aparte de los que mencionamos en la entrega de ayer: los resultados electorales en seis estados en los que estarán en juego las gubernaturas, y que de acuerdo a las más recientes encuestas y mediciones el partido de López Obrador, Morena, lleva ventaja en cinco o en cuatro de ellos, depende de la firma encuestadora, y en ellas la posición de la coalición “Va por México” es bastante rezagada. Salvo una verdadera sorpresa en otras entidades, sólo en Aguascalientes perdería la 4T.

¿Qué estrategia tiene, entonces, la oposición para un escenario electoral catastrófico como el que se avizora? ¿Qué posición tendrá el PRI en caso de que se confirme en los hechos la derrota que hoy se augura en las encuestas en el estado que aún gobierna, Hidalgo, cuyo gobernador, Omar Fayad, se opuso a la candidata postulada? ¿Y qué pasa si en 2023 pierde otros dos estados que aún mantiene en u poder, como son el Estado de México y Coahuila? ¿Cómo llegará para el 2024? ¿Cómo repercutirá eso al interior de la coalición “Va por México”?

¿Y qué del PAN si se mantiene alejado de victorias electorales como antaño y únicamente se queda con Aguascalientes de todas las gubernaturas en juego este y el año próximo? Del PRD ya ni hablar. ¿Y de Movimiento Ciudadano? Bueno, ya vimos que todo lo reducen al “síndrome de La Chimoltrufia”, porque “así como dicen una cosa (en contra de la reforma de Peña) dicen otra (en contra de la reforma de López Obrador)”. Además, en las seis elecciones estatales en puerta, sus posibilidades de triunfo son cero, con un lejano tercer lugar en donde hay coalición de “Va por México” y en un cuarto donde ésta no existe. Por mucho que se definan como el “futuro”, luego de que su oferta de ser la “tercera vía” se fue al fracaso el pasado domingo al sumarse a la postura de los partidos tradicionales que “ya le fallaron a México”, como dice su propaganda.

Ojalá y de ahora en adelante los legisladores del Congreso de la Unión, comenzando por los de la oposición, nos demuestren en cada sesión que “sí puede haber Congreso”, que “sí hay oposición”, y que de veras hay “dignidad”, como escribiera Margarita Zavala, porque por ahora me reservo que ahí haya “ciudadanía”, pues no todo su actuar se reduce a impedir una reforma eléctrica.

Así, pues, esperemos a que se les pase la euforia dominical para que la oposición vuelva a “poner los pies sobre la tierra” y nos demuestre que, efectivamente, sabe ser oposición, y que reconoce que su verdadero reto será mantener la unidad, la cohesión y la coordinación, y que son capaces de dejar de lado los intereses personales o de grupo para llegar como un solo bloque al 2024, porque ya vimos que los partidos políticos que lo integran por sí solos no son capaces de jugarle “al tú por tú” a López Obrador, su 4T y Morena.

Y si no, al tiempo…