El sábado pasado el gobernador Enrique Alfaro Ramírez les contó un cuento bonito a 55 de los 60 diputados locales que pertenecen al partido Movimiento Ciudadano y que se reunieron el fin de semana aquí en Guadalajara ante la presencia de su máximo dirigente Dante Delgado Rannauro, quien por cierto corrigió la majadería de los organizadores a Jorge Álvarez Maynez, pues tuvo que ponerse de pie, ir por una silla y colocarla en el presidium para que ahí se sentara el coordinador de los diputados naranjas en San Lázaro, pues lo dejaron fuera de él y lo habían sentado en primera fila.

Ahí como invitado principal, Alfaro Ramírez recordó que dos días antes se habían cumplido diez años de que, nada menos en la casa de Andrés Manuel López Obrador, habló por vez primera con Dante Delgado quien lo invitó a sumarse a las filas de lo que entonces era Convergencia y meses después se convirtió en Movimiento Ciudadano. Luego les confesó que en 2012 echó andar una estrategia solamente para ganar votos, como fue mostrar cara de enojado porque así era como estaba la ciudadanía, enojada; incluir en el discurso que a los partidos políticos había que mandarlos “a la goma”, y que no importaba que MC también lo fuera; mientras que en 2018 tenían que construir el concepto de “refundación” porque tenía que haber una causa que contrastara “con el concepto fuerte de la transformación”, de López Obrador y Morena.

Así, nunca hubo un enojo real, era mera estrategia; nunca hubo una oposición verdadera a los partidos políticos, al fin y al cabo MC también lo era, simplemente era mera estrategia; como tampoco nunca hubo en el proyecto de gobierno una verdadera refundación de Jalisco, sino que todo fue una era mera estrategia en el discurso para contrastar con la cuarta transformación lópezobradorista.

Pero también les contó sobre cuando fue diputado local, pero nunca les reveló que lo fue por el PRD, como tampoco les dijo que ese partido estaba -y aun está- bajo el control de Raúl Padilla López, jefe político del Grupo Universidad con quien hoy sostiene un abierto y público enfrentamiento, después de ser aliados en la elección del 2018 por la gubernatura. De eso, nada les dijo.

Les comentó que él era diputado, pero que no lo era del grupo mayoritario. Sin embargo, nunca les dijo que prácticamente siempre votó con y en el mismo sentido de la fraccion mayoritaria que era del PAN, con lo que Acción Nacional lograba sacar asuntos y temas que le interesaba adelante, gracias al voto número 21 que siempre les dio Alfaro, pues nunca pudo llevarse bien con sus otros dos compañeros diputados perredistas: Samuel Romero Valle y Carlos Orozco Santillán, integrantes del Grupo Universidad.

Por ejemplo, cuando el PRI, el PRD y el PT organizaron a finales de febrero y principios de marzo del 2007 una protesta colocando casas de campaña en el patio del Palacio Legislativo, inconformes por como el PAN realizó el reparto de comisiones legislativas, Alfaro Ramírez fue el único de la oposición que no se sumó a ella sino que apoyó la postura de los panistas. Mientras sus compañeros diputados del PRD, Romero Valle y Orozco Santillán, se quedaron dos noches a dormir en dichas casas de campaña, el hoy gobernador nunca lo hizo. (Mural 01/03/2007)

De hecho, gracias al voto de Enrique Alfaro fue que la fracción del PAN pudo sacar adelante el tema del reparto de comisiones que el PRI pretendió bloquear y presionar con la instalación de esas casas de campaña.

Les contó también a estos jóvenes legisladores, muchos de los cuales quizás estaban en el último año de secundaria o iniciaban sus estudios de bachillerato cuando Alfaro era diputado del PRD, que “yo era un diputado solo”, pero no les aclaró que estaba solo en la fracción del PRD porque nunca hizo química con sus compañeros, pero no estaba del todo solo porque supo hacer buenas alianzas con la fracción del PAN con la que siempre votaba en el mismo sentido y a la que en muchas ocasiones les dio la mayoría que se requería. Tanto, que eso le permitió ser presidente del Congreso del Estado, cosa poco común para las fracciones minoritarias y para quienes no eran los coordinadores de ellas, como fue su caso.

También les contó que “a mi no me dieron una Comisión importante, me dieron una Comisión que no existía para que no estuviera enfadando -iba a cometer un exabrupto diciendo una palabra altisonante (ching…), pero se contuvo, según lo dijo el mismo-“. Y recordó que esa Comisión era la de Asuntos Metropolitanos, desde la que presumió que construyó la agenda legislativa más importante del país, así como la idea y visión de lo que podría ser la segunda ciudad más importante del país.

Pero lo que no les dijo es que fue él mismo quien propuso y convenció a los diputados panistas para crear dicha Comisión, porque el posgrado que en ese entonces realizaba era sobre ese tema y, además, eso le permitiría asistir a seminarios internacionales en los cuales estuvo presente, costeados, por supuesto, por el Poder Legislativo.

Tampoco les dijo a estos diputados de MC que quizás para que no enfadara, logró colocar en la nómina del Congreso del Estado, en aquella inolvidable 58 Legislatura, a Bárbara Casillas, hoy coordinadora de Gabinete; a Omar Bernal, a Hugo Luna, a Clemente Castañeda y a Ismael del Toro.

Por supuesto no les contó que gracias a sus buenas relaciones con los diputados panistas, logró que se crearan dos nuevas plazas para sus a amigos: la de titular del Órgano Técnico de la comisión que él presidía, la de Asuntos Metropolitanos, para Clemente Castañeda; y la de la inexistente Dirección de Programación, Evaluación y Seguimiento en la Auditoría Superior del Estado -cuando no era autónoma-, para Ismael del Toro Castro. Esa dirección no existía ni existió nunca en el reglamento interno de la Auditoria Superior.

Ah, por cierto, nunca les contó que la diputación local por el PRD la obtuvo, por la vía plurinominal, por supuesto, gracias a los buenos oficios de su hoy secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza -quien fue en aquella elección de 2006 candidato perredista a la gubernatura-, quien operó ante Padilla López para que fuera en la lista.

No hay duda, pues, que muchos cuentos se cuentan ahora a quienes apenas están “naciendo” en su vida política o quienes hasta “pecan” de ingenuos, creyendo que no hay una historia verdadera detrás de cada uno de estos “cuentistas” y considerando que no hay quien o quienes les conocen su pasado.

Por lo pronto, para quienes no conocían o no recordaban aquel pasado del hoy gobernador Enrique Alfaro como diputado del PRD, comparto este texto. Ojalá y lo conozcan los 55 diputados de Movimiento Ciudadano que escucharon al gobernador contarlos el cuento de “cuando fui diputado…”.