Lo sucedido el miércoles en la sesión de la Junta de Coordinación Metropolitana, en la que Salvador Zamora Zamora, alcalde emecista de Tlajomulco, le pasó la estafeta de la presidencia a Sergio Chávez Dávalos, munícipe morenista de Tonalá, no es cosa menor, tiene un mensaje político bastante significativo y será la prueba para confirmar cómo se encuentra en este momento la relación entre el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y los alcaldes del Grupo Coparmex, Jesús Pablo Lemus Navarro y Juan José Frangie Saade, y el predominio político que tiene hacia ellos.

No pasará mucho tiempo para saber si Lemus Navarro y Frangie Saade se “encarrilan” en la ruta marcada por el gobernador Alfaro Ramírez o se le rebelan abiertamente y deciden continuar su propio camino que han recorrido desde que asumieron el cargo y que trazaron no sólo como integrantes del grupo político de empresarios en el poder sino como referentes de los adversarios que el alfarismo tendrá tarde que temprano dentro del partido Movimiento Ciudadano, en la lucha por la carrera al 2024.

Y es que la Junta de Coordinación Metropolitana está integrada por los alcaldes de Guadalajara, Ixtlahuacán de los Membrillos, Juanacatlán, El Salto, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan y Zapotlanejo, municipios que conforman el área metropolitana de Guadalajara.

Durante esta sesión, Alfaro Ramírez les dijo a todos los asistentes:

“Termina un periodo y sin poder agarrar ni siquiera aire empieza otro con muchos retos, una agenda de trabajo igual de compleja. Creo que con mucho esfuerzo se ha sentado las bases para un modelo de coordinación efectivo que no podemos perder, porque creo que ese mensaje que decía la presidenta de Tlaquepaque, que la unidad, más allá de agendas políticas y personales, es clave. La ciudad son nueve municipios; independientemente de colores y de partidos, tenemos que estar todos sumados con el gobierno del estado para poder construir una agenda de coordinación efectiva”.

Y agregó: “La responsabilidad de gobernar a la ciudad es una responsabilidad compartida. Lo que decía yo el otro día que me invitó el alcalde Lemus a la celebración del aniversario de Guadalajara: Guadalajara es Zapopan, Guadalajara es Tlaquepaque, es Tlajomulco, es Tonalá, es El Salto, es Juanacatlán, es Ixtlahuacán, es Zapotlanejo. Esa es Guadalajara y la hemos construido entre todos, y le hemos aportado mucho en estos últimos años a la transformación de la ciudad”.

Más claro el mensaje para el dúo Lemus-Frangie… ¡imposible!

Y es que desde que ambos eran presidente municipales electos acordaron trabajar estrechamente en programas que tienen que ver, por ejemplo, con la seguridad pública o la protección civil, como si el área metropolitana la integraran únicamente Guadalajara y Zapopan e ignorando de entrada a los otros siete municipios y menospreciando, por tanto, la existencia de una Junta de Coordinación Metropolitana de la que también forma parte el Gobierno del Estado.

Valga decir, incluso, que con esta estrategia de trabajar juntos sólo Guadalajara y Zapopan, han enviado el mensaje de que, al parecer, Lemus Navarro es quien gobierna los dos municipios y Frangie sigue siendo su subordinado, como cuando era el Jefe de Gabinete, encargado de operar o ejecutar lo que el primero decide. Esta es la imagen que proyectan.

Bueno, pues el gobernador Alfaro Ramírez decidió dar un “manotazo” en la mesa de la Junta de Coordinación Metropolitana con un mensaje “directísimo” -como dijera el finado doctor Rivas Souza- para Jesús Pablo y Juan José, sin necesidad de mencionarlos por su nombre. Pero fue más allá al retomar el reclamo de la alcaldesa emecista de Tlaquepaque, Citlalli Amaya -que también le puso “jiribilla” a sus palabras con dedicatoria para sus colegas de Guadalajara y Zapopan-, de que “la unidad, más allá de agendas políticas y personales, es la clave…”.

“Mas allá de agendas políticas y personales…”. La frase no pudo ser más clara y contundente, porque esta ha sido la característica del trabajo de ambos munícipes desde que asumieron el cargo, todo en el marco de sus “agendas políticas y personales”, ya ni siquiera partidistas, porque entonces hubiesen sumado a su agenda a los demás alcaldes de Movimiento Ciudadano. Pero hasta a ellos ignoraron, pues no forman parte de su grupo político empresarial de los “coparmex”.

¿Qué sucederá después de la llamada de atención de Alfaro a Lemus y Frangie? ¿Reconsiderarán sus proyectos e integrarán a ellos a los otros siete alcaldes;, a partir de ahora se sumarán al trabajo en equipo y entenderán que tiene razón de ser la Junta de Coordinación Metropolitana? ¿O harán oídos sordos al llamado de su jefe político? ¿Lo ignorarán? ¿Se le rebelarán? ¿Adelantarán la ruptura política que propios y extraños esperan suceda en la carrera por la candidatura en el 2024?

Seguramente no tendremos que esperar mucho tiempo para confirmar si lo que les dijo el gobernador Alfaro es para ellos la instrucción de su jefe político o simplemente “una llamada a misa”.

Al tiempo…