Si alguien estuvo incómodo ayer, pese a estar en su casa y ser el anfitrión de la reunión, fue el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, al recibir a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, y encontrarse con Ricardo Villanueva Lomelí, rector general de la Universidad de Guadalajara, en lo que para muchos fue el primer paso para restablecer el diálogo institucional entre el gobierno del Estado y la máxima Casa de Estudios, tras la muerte del líder Raúl Padilla López.

Las señales de que el gobernador Alfaro Ramírez no se la pasó muy bien ayer frente a López Hernández y Villanueva Lomelí, fueron muy evidentes en dos aspectos que se hicieron públicos:

  1. Analice muy bien la fotografía que acompaña a este texto y que el rector Villanueva Lomelí fue el primero en compartir en sus redes sociales. La imagen toda capta el momento en que están platicando seriamente, a decir por los rostros del secretario Adán Augusto y el gobernador. No se advierte que sea una plática casual “para la foto”. Nótese el rostro serio y atento de López Hernández a las palabras de Ricardo Villanueva, y el gesto adusto de Enrique Alfaro, tan conocido por todos nosotros cuando proyecta estar escuchando algo que no es muy de su agrado. El rostro del rector general no se aprecia de frente, pero la posición de su mano derecha proyecta énfasis en lo que está diciendo.
  2. Lo parco que fue en sus redes sociales al hacer referencia al encuentro, que contrasta con el texto amplio que compartió Villanueva. En cuatro líneas, el gobernador escribió 43 palabras, a diferencia de las 108 que redactó el rector general en 12 líneas.

Que conste que lo que se interpreta de este encuentro es lo que se hizo público: dos fotografías y dos textos en redes sociales. Hasta el momento de redactar estas líneas, el secretario López Hernández no había hecho referencia alguna a su visita a Guadalajara.

Y hago la aclaración de los elementos que tomo para este breve análisis y que significaron en tiempo unos pocos minutos, porque la verdadera pregunta es: ¿Qué temas abordaron en casi tres horas que duró la reunión? Porque, además, valga destacar que en su papel de encargado del despacho de la Presidencia de la República, el secretario Adán Augusto López no vino a Jalisco a perder el tiempo ni a ver si Alfaro y Villanueva estaban de humor para tomar decisiones de fondo en torno a la relación del gobernador para con la Universidad de Guadalajara y su grupo político.

Una reunión de tres horas no es para plantar sobre la mesa las buenas intenciones de las partes en conflicto. Lo menos que pudo suceder es que tanto el gobernador como el rector general asumieron compromisos a cumplir en el corto y mediano plazo, con la salvedad de que Villanueva no sólo no se manda solo sino que tiene que reportar -y quizás solicitar su venia- al Grupo Universidad y, si es necesario, al Consejo de Rectores o hasta al Consejo General Universitario, según el caso.

Y de ello dio un adelanto Villanueva Lomelí en redes sociales, al aplaudir que se regresó al diálogo y que es la oportunidad para construir y sumar, pero que “ahora sigue un largo camino para aterrizar todos los pendientes”. ¿A qué pendientes se refiere?

La parquedad del gobernador Alfaro fue evidente: “Fue una buena reunión en la que se sentaron las bases de una comunicación institucional que irá avanzando en los próximos días”.

Ojalá y que tras este primer encuentro, que no cubrió las expectativas de Ricardo Villanueva de que fuera “de cara a la sociedad”, se haga pública una “Carta Abierta a la Comunidad Universitaria y a las y los Jaliscienses” en la que las partes en conflicto hagan público el contenido de su reunión y a qué compromisos llegaron ante la presencia del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, como mediador e intermediario.

Es lo menos que pueden hacer…