Julio César Hernández
Ya no sé qué tema pone más nervioso al diputado Salvador Barajas del Toro, si el de la LVIII Legislatura, el de la Auditoría Superior, o el de la Universidad de Guadalajara,  que lo lleva a hacer declaraciones desafortunadas, injustificadas para quien es, además, presidente d ela Comisión de Vigilancia del Poder Legislativo.
Ayer declaró que recién recibió la Cuenta Pública 2008 de la Universidad de Guadalajara, que la auditoría para cubrir esa obligación sólo y únicamente se hizo al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), y que la razón es que a la Auditoría Superior del Estado… ¡no le alcanzó el dinero!
¿Por qué este tremendo “resbalón” de Salvador Barajas del Toro?
¿Acaso va a decir que él ignoraba que la Auditoría Superior del Estado entregó la Cuenta Pública 2008 de la Universidad de Guadalajara…¡desde junio del 2010!?
¿Quiere decir que no obstante tener nueve meses ya con dicha Cuenta Pública en su poder, no la ha revisado y ni siquiera hojeado, como para verificar que no sólo se revisó el CUSCH sino otras áreas más, como se lo hizo ver la Universidad de Guadalajara a través de un comunicado de prensa?
¿Querrá decir, también, que ignora que la Ley le da un plazo de seis meses para dictaminar las Cuentas Públicas y que ya tiene un retraso de tres meses en lo que corresponde a esta del 2008 de la UdeG?
¿Ignorará, acaso, cómo programa la Auditoría Superior sus trabajos de auditoría anuales, y que es en base al presupuesto aplicado para el año respectivo, sin dejar a medias cualquier revisión porque el dinero no le alcanzó?
Si el propio Presidente de la Comisión de Vigilancia ignora todo esto y por ello hace las declaraciones como las que hizo el día de ayer… ¡¿qué podemos esperar de otros diputados cuando les preguntan sobre el tema y no aguantan las ganas de quedarse callados?!
Vamos, más vale que el diputado Salvador Barajas no se ponga nervioso cuando le pregunten sobre estos temas, porque ya vemos los resultados.