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Julio César Hernández
¿Cuál es el propósito de Enrique Alfaro Ramírez de arrematar contra Raúl Padilla López? ¿Cuál es el objetivo del documento denominado Pronunciamiento por la dignidad y el respeto a Tlajomulco, cuando apenas han corrido 53 días de la nueva administración municipal en Tlajomulco?
El presidente municipal de Tlajomulco le dedicó sorpresivamente al ex rector de la Universidad de Guadalajara un documento -valga decirlo, muy estruendoso- de tres cuartillas con 19 párrafos, de los cuales dos se los asigna a su partido el de la Revolución Democrática.
Leído detenidamente, dicho documento, más allá de lo estruendoso de su contenido, insisto, no aporta nada nuevo y sí, en cambio, genera una gran cantidad de interrogantes que es necesario encontrarle respuesta, porque la crítica y la descalificación que hace de Padilla López es utilizando las mismas palabras que utilizan sus detractores un día sí y otro también.
En su Pronunciamiento, Alfaro Ramírez acusa, señala y denuncia a Padilla López de “intentos recurrentes de abuso y atropello sobre el pueblo de Tlajomulco y su gobierno en los últimos meses (…), a través de esquemas de presión, manipulación y chantaje””, pero no lo documenta.
Y, además, no obstante que acusa al ex rector de la UdeG  de pretender “manipular y controlar al municipio, poniendo el riesgo la operación de su gobierno”, reconoce que en su equipo únicamente hay ocho personas del grupo de Padilla a las que ya amenazó con no renovarles el contrato por el simple hecho de ser allegados a Padilla López, decisión que abre una serie de interesantes interrogantes:
¿Quién designó a estos ocho “padillistas” funcionarios del Ayuntamiento de Tlajomulco? ¿Por qué están en esos cargos: por el simple hecho de ser padillistas o porque cubrían el perfil y tenían la capacidad para estar en esos espacios? Si no cubrían el perfil y no tenían la capacidad, ¿entonces por qué fueron asignados a esos cargos? ¿Quién lo hizo? Si Alfaro no fue, ¿quien lo hizo, lo consultó o fue por decisión propia? ¿Se puede despedir a un empleado por el simple hecho de ser allegado a un adversario del alcalde, sin importar su capacidad en el tabajo?
¿Dónde está la amenaza de atropello y abuso de Padilla López contra el pueblo de Tlajomulco y su gobierno, y sus intentos de secuestrar al municipio y a su gobierno si nada de lo que dice Alfaro que ha intentado hacer lo ha logrado? Enumeremos:
Dijo que trató de obstaculizar la planilla de regidores, pero ésta fue la que Alfaro aceptó; denunció que exigió el 60% de los espacios administrativos, pero quien controla la administración es Alfaro; y reveló que pretendió convencer a los regidores del PAN y PRI para que obstaculizaran la designación del Secretario General, Tesorero y Contralor, pero estos funcionarios son los que Alfaro propuso.
¿Dónde o cómo es que Padilla es una amenaza para Tlajomulco si todo mundo sabe que Enrique Alfaro es quien tiene el control de su gobierno y le ha ganado todos los espacios?
Dos últimas cosas:
Uno, asegura que “no permitiré que Tlajomulco y su gobierno toleren un día más el yugo de Raúl Padilla López”. Preguntamos: ¿Pues cuántos días lo han tolerado -cómo, dónde y por qué-  si apenas van 53 del gobierno de Alfaro?
Dos, anunció que “Tlajomulco es oficialmente a partir de hoy, un territorio liberado de Raúl Padilla López”. Preguntamos: ¿Pues cuándo, por cuánto tiempo y en el gobierno de quién lo tuvo Padilla López? ¿Padilla lo tenía secuestrado a la llegada de Alfaro?
Insistimos: ¿qué hay detrás del “golpe” de Alfaro contra Padilla?