No hay duda alguna de que para Dante Delgado Rannauro, Jalisco dejó de ser la “cuna” de Movimiento Ciudadano y decidió cambiar su sede a Nuevo León. Cuando se creyó que había una luz de esperanza para restablecer la relación con el emecismo jalisciense, fracturada tras el desencuentro que tuvo con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez a mediados del año pasado, la irrupción de Samuel García Sepúlveda como fallido precandidato presidencial, primero, y su reemplazo por Jorge Álvarez Maynez, después, a través de un “destape chelero”, terminó por cerrar cualquier posibilidad de regresar a los “años felices”.

La decisión de que Álvarez Máynez fuera “destapado” en Nuevo León por García Sepúlveda y que regrese a esa entidad el jueves próximo para “cerrar” una inexistente precampaña, es muestra de que Dante fue “secuestrado” por este par de personajes que se dicen “representantes” de una generación -lo que es una falsedad- y que han llevado a Movimiento Ciudadano a ser una caricatura de partido sin credibilidad alguna y el hazmerreir de la política nacional.

Después de lo que Alfaro Ramírez escribió sobre el “destape chelero” y lo que dijo de Samuel García y del precandidato presidencial, no encuentro forma alguna para que Álvarez Máynez venga a Jalisco a hacer campaña. No me imagino al emecismo jalisciense vitoreando a un, para entonces, candidato improvisado, y al alfarismo haciéndole el “caldo gordo” a quien se le señala como parte causante del diferendo entre Alfaro y Dante, y del que indirectamente el gobernador se refirió como “personas que nunca han ganado una elección” o cuando declaró en agosto pasado: “Y los que están ahí dando opiniones y subiendo tuits y haciendo tik-toks, pues son los que están nublando la visión de un dirigente (Dante) que yo esperaría tomara otra actitud”.

Porque se equivocan quienes califican de “traidores” a los emecistas que acudieron al registro de Jorge Álvarez, pues los que se vieron ahí, salvo Juan José Frangie, tenían una obligación institucional para hacerlo: Manuel Romo, dirigente estatal de MC; Clemente Castañeda, coordinador de los Senadores; Verónica Delgadillo, presidenta del Consejo Político; Mónica Magaña, coordinadora nacional de diputados locales; y Jesús Pablo Lemus Navarro, precandidato a la gubernatura, aunque por cierto se le vio bastante contento en el evento.

Es más, Jorge Álvarez confesó en una entrevista que antes de que se hiciera público todo, le había ofrecido al gobernador Enrique Alfaro dialogar, pero al parecer fue rechazado porque cuando se le preguntó qué le contestó, simplemente respondió con una leve sonrisa.

Al momento de escribir estas líneas no se conoce que Álvarez Máynez tenga en agenda realizar una visita a Jalisco, lo que se puede interpretar como un desdén -por no decir desprecio-, al estado donde reside toda la fuerza política-electoral que tiene Movimiento Ciudadano en el país, y ha preferido entregarse no al “escuálido” emecismo regiomontano, sino a la figura de Samuel García y Mariana Rodríguez, apostándole quizás a que “cobijándose” bajo la sombra de la pareja “fosfo fosfo” atraerá al 80 por ciento del electorado del país que confesó que no lo conoce.

Craso error será para Jorge creer que Nuevo León es todo México, como aquí se equivocó Jesús Pablo al creer que el Paseo Alcalde era todo Jalisco. Bueno, al menos parece que ambos “cojean” del mismo lado.

Álvarez Máynez estudió su licenciatura en el ITESO, pero su incursión en la política y en Movimiento Ciudadano se lo debe a Enrique Alfaro y a Clemente Castañeda. Y no obstante ser diputado plurinominal por Jalisco y no por Zacatecas, su estado natal, carece de toda ascendencia política en la militancia “naranja” jalisciense que nunca lo ha visto como uno de los suyos. Bueno, quizás solo el diputado Sergio “Checo” Barrera, quien en la única visita que hizo Samuel García a Jalisco no se les “despegó” ni un momento a ambos personajes.

Y es que, la verdad, si no es sólo a través de las redes sociales donde el marketing hace maravillas, no existen argumentos, no hay narrativa alguna, que permita ofertar a Jorge Álvarez ante el electorado no sólo como el próximo presidente de la República que necesita el país, sino ni siquiera como el candidato que Movimiento Ciudadano hubiese querido tener. Máynez ha resultado algo así como “el peor es nada”. Y en estas condiciones, difícilmente la militancia puede creer en un candidato presidencial hecho “al vapor” por un dirigente que se prestó a la “chunga” para anunciar, al más viejo estilo de “La palabra canta”, el regreso del “extraterrestre” Yuami.

Más valdría que Jorge Álvarez Máynez se asegure de que si viene a Jalisco a hacer campaña no haga el ridículo, pues al menos al aspirante a la gubernatura le costó trabajo hacer empatía con la militancia emecista y la ciudadanía fuera de la zona metropolitana durante su precampaña, precisamente porque les era un desconocido.

Así es que si piensa que puede llegar a Jalisco y subirse a la “ola” del candidato a la gubernatura, más vale que se desengañe, porque finalmente en Jalisco la fuerza de Movimiento Ciudadano sigue estando en manos del alfarismo.

Pero, bueno, al tiempo…