Más allá de los números que arrojan las encuestas de los últimos días y los detalles en ellas que merecen comentario aparte, lo que la ciudadanía percibe de su resultado es que el Partido Acción Nacional va en plena “picada” no sólo en la lucha por la presidencia de la República sino en la que corresponde a la gubernatura y a la presidencia municipal de Guadalajara.
La suerte, mala, que persigue a Josefina Vázquez Mota se extiende a Fernando Guzmán Pérez Peláez y a quien consideraron sería el factor determinante para ganar la contienda, Alberto Cárdenas Jiménez.
Y pese a ello, parece que en el “cuarto de guerra” de los panistas jaliscienses no advierten lo que muchos -y no precisamente sólo sus adversarios- pronostican: una derrota segura el uno de julio próximo, augurio que, por otro lado, sí advierten otros panistas que no entienden cómo es que sus correligionarios nada hacen para amortiguar la caída electoral.
Propios y extraños alrededor del PAN aseguraban días atrás que sólo era cuestión de días para ver al candidato a la gubernatura, Guzmán Pérez Peláez, en la tercera posición en las encuestas, lo que se registró ya en la elaborada por el periódico de circulación nacional “El Universal”.
Aun con sus asegunes sobre esta encuesta, lo importante es el mensaje que envían a la ciudadanía; la percepción que se tiene de que el partido en el gobierno se dirige a una derrota de la que muchos votantes querrán desmarcarse, colocándose -como es natural- del lado del ganador.
Obvio es que los candidatos aludidos minimicen estos números, demuestren que no les preocupan y, por el contrario, insistan en que “vamos bien”.
Incluso, recurren a argumentos tan desgastados que hoy no auguran que puedan repetirse: “Las elecciones no se ganan con encuestas, sino con votos…”; “El PAN siempre viene de atrás y gana…”; “Las encuestas son fotografías del momento…”; “Nosotros tenemos nuestras encuestas y nos dicen otras cosas…”, “En nuestras encuestas, vamos adelante…”.
Pero no caen en la cuenta, o no la aceptan públicamente, que hoy las circunstancias son diferentes, muy diferentes, a cuando ganaron Alberto Cárdenas, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez.
Y hoy esos argumentos, simplemente quedaron obsoletos… salvo que ocurra un milagro.