Julio César Hernández

Días atrás el secretario de Seguridad, Luis Carlos Nájera, reconoció que alrededor de una decena de presidentes municipales recibieron amenazas presuntamente del hampa organizada y que les habían solicitado una buena cantidad de dinero para darles protección.

El fin de semana pasado, el PRI le notificó al secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, que su candidato a la presidencia municipal de Jamay, Efraín Sahagún López, había sido víctima de un intento de secuestro. Posteriormente se lo notificaron al procurador Tomás Coronado Olmos e interpusieron una denuncia en la Procuraduría General de Justicia.

En este marco, el representante del PRI ante el IFE y el Instituto Electoral, José Luis Monterde Ramírez, reveló que el IFE, por razones de seguridad, decidió cambiar la ubicación de algunas casillas en el estado, para el proceso de julio próximo.

“En el IFE están preocupados porque el crimen organizado pudiera tratar de interferir en las elecciones y pensamos que éste (el intento de secuestro) podría ser tal vez el caso. En los pueblos están buscando reubicar casillas que normalmente ponen en los quioscos, en la plaza o en los portales, a lugares cerrados”.

La semana pasada el propio Fernando Guzmán abordó el tema del hampa organizada en Jalisco, durante su reunión con algunos diputados, pero será importante saber cuál es el panorama que en este renglón de la seguridad pública para los próximos comicios tienen las autoridades estatales.

¿Será que veamos rondar por las calles a elementos del Ejército, ese domingo cinco de julio? ¿Habrá un operativo debidamente coordinado entre el propio Ejército y las corporaciones policíacas federales, estatales y municipales?

Las autoridades estatales tendrán que darle a la ciudadanía las garantías de que podrán salir a sufragar el día de las elecciones sin pendiente alguno, pues se habrán tomado las medidas pertinentes para ello.

Insisto, no se trata de alarmar, pero sí de tomar las debidas precauciones. Nada más.